En 2019, Valentina Medrano Coley volvió a Colombia tras estar siete años por fuera del país. Se había ido en 2006, luego de ganarse una beca para estudiar su Maestría en trabajo social en la Universidad de Sao Paulo, en Brasil.
Allí comenzó su búsqueda e interés por un tema muy específico: la evaluación de impacto en las organizaciones. Es decir: el análisis, a través del método científico y las ciencias sociales, de si el usuario de un producto realmente tuvo cambios significativos gracias a él.
"Comencé a sentir que la evaluación de impacto era un tema muy complejo para las empresas”, cuenta Valentina. “Primero, por ser muy costoso. Pero además porque es algo que debe estar muy pegado al método científico. Sentía mucha distancia entre la academia y el mundo práctico alrededor de este tema”.
Con ese pensamiento, regresó a Colombia junto a Juan Felipe, su esposo y socio. Allí nació Cubo Social, una organización que mezcla metodologías de varias ciencias sociales, como la antropología, psicología y sociología; con las ciencias exactas: estadística, economía e ingeniería de sistemas.
A Cubo Social la conforman diez mujeres, profesionales en estas áreas. Su propósito es acompañar a las empresas a medir el impacto de sus productos o programas en el público objetivo.
LinkedIn: la plataforma que hizo posible su conexión con Comfama
Hace cinco años la empresa de Valentina comenzó a trabajar de nuestra mano. Desde entonces, nunca hemos soltado esta alianza. La historia de cómo Cubo Social llegó a ser uno de nuestros proveedores conscientes es una casualidad ella no olvida.
“Juan Felipe y yo decidimos regresar a Medellín porque esta es su ciudad natal. Yo soy de Barranquilla”, cuenta. “Él había estado nueve años por fuera del país. Llegamos a una ciudad en donde no conocíamos a nadie diferente a nuestras familias. En ese momento pensé: para hacer realidad nuestro sueño, debemos crear una red”.
El único canal en el que pensó Valentina fue LinkedIn. Así que, por esa vía, le escribió a David Escobar Arango, nuestro Director. En el mensaje le hablaba sobre Cubo Social y sobre cómo podían ayudar a Comfama a medir el impacto de sus acciones.
“¡Fue muy sorprendente que una persona de un rango tan alto y tan ocupada me contestara!”, recuerda Valentina. “Me respondió que le parecía muy interesante y que me conectaría con el equipo de Estrategia organizacional de Comfama para que tuviéramos una reunión sobre evaluación de impacto. Así llegamos a la Caja”.
Expandirse y consolidarse: las posibilidades que se abrieron al ser proveedores conscientes
A la fecha, Cubo Social ha acompañado cinco proyectos de Comfama al momento de evaluar su impacto en los públicos objetivos. Puede parecer poco: ¿solo cinco proyectos? Sin embargo, para Valentina y su empresa, eso significó la posibilidad de poder consolidar el equipo de su organización.
“Para una empresa pequeña, como Cubo Social, esto representó poder traer profesionales de altísimo nivel para ofrecer calidad y excelencia”, amplía. “Además, trabajar con Comfama nos ha hecho aprender sobre nuestros hábitos de cuidado, pues estamos involucradas en muchos proyectos de transformación de hábitos”.
Valentina y su equipo han comenzado a preocuparse por sus tiempos de sueño, su alimentación consciente y saludable y otros hábitos que practicamos y promovemos en Comfama. Así, el trabajo con nosotros les ha permitido preocuparse por su cuidado y progreso.
¿Cómo se ve la evaluación de impacto? Un ejemplo práctico
Por ser un tema ligado al método científico, puede ser difícil de entender. Por eso, te contamos cómo el equipo de Cubo Social ha puesto en práctica sus conocimientos en un programa de Comfama: Disruptores Lab.
Esta iniciativa es una alianza entre Comfama y el BID Lab para “identificar y cualificar a los próximos Bill Gates de la región”. Es decir, a esos jóvenes excepcionales, que cuentan con talentos únicos y que son las mentes que pueden cambiar la sociedad antioqueña.
Para lograrlo, es fundamental que les ayuden a estos jóvenes a transformar su mentalidad y su comportamiento. Lo que hace Cubo Social es medir si esta transformación sí se cumplió a través de entrevistas con los participantes, con los mentores, con los profesores de los colegios a los que pertenecen. Luego, toda esta información es cuantificada para saber qué porcentaje de jóvenes realmente tuvo un cambio en su forma de pensar gracias a Disruptores Lab.
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