Como una tradición familiar nació hace cuatro años el restaurante de Míster Jobar Benítez, un orgulloso habitante de la región del Urabá que en la pandemia por Covid 19 encontró la oportunidad de crear su marca, Carnes del Rancho, que hoy se consolida con dos sedes en el municipio de Apartadó.
Años de sueños, desafíos y mucha perseverancia forjaron esta historia. Desde que Míster era un niño cultivó su pasión por la cocina gracias al ejemplo de su madre, quien toda la vida se dedicó a esta labor y fundó un restaurante llamado Delicias Álvarez. Junto a ella dio los primeros pasos para materializar su proyecto.
Con la llegada de la pandemia en 2020 y las restricciones de confinamiento que obligaron a los negocios a cerrar temporalmente, Míster perdió los emprendimientos en los que venía trabajando. Sin embargo, fue en este panorama que vio la oportunidad para dedicarse a la cocina, la vocación que llevaba en la sangre.
Empezó preparando platos, con su ingrediente estrella que son las carnes, para los vecinos desde el patio de su casa. En menos de quince días, su sazón cogió fama y pasó a cocinar para habitantes de distintos sectores de Apartadó. Cierto día, tuvo cerca de 3 millones de pesos en ganancias, y a pesar de que tenía muchos gastos que suplir en su hogar, prefirió guardar 2 millones para dar el siguiente paso: abrir su primer local.
En su mente tenía grabado el sueño que una vez tuvo uno de sus clientes, en el que lo veía con su restaurante lleno en Barrio Ortiz, la zona rosa del municipio. Por eso, cuando tuvo el dinero fue a la primera persona que llamó para que lo ayudara a buscar un local allí.
Al principio creyó perder las esperanzas cuando le solicitaron un valor muy alto por el arriendo del local que soñó para su restaurante, pero, afortunadamente y como un regalo de la vida, conoció a alguien que fue fundamental para poder tener ese espacio en un mejor precio y con la seguridad de que ahora todo marcharía mejor.
Con esta certeza, abrió su negocio con mesas y sillas alquiladas, decoró la fachada con objetos de chatarrería, puso un asador y confió en su talento culinario. Así, cuando la pandemia empezó a apaciguarse, el restaurante fue el boom del sector: nadie se quería perder de las famosas carnes de aquella esquina del barrio Ortiz.

Comfama, un aliado para la calidad e innovación
Carnes del Rancho ofrece una amplia variedad gastronómica que piensa en las distintas preferencias de sus públicos: desde menú infantil, ejecutivo, comidas gourmet, refrigerios, asados y platos con variadas proteínas, como carnes, pollo y pescados.
En solo un año y medio de haber comenzado con su marca en barrio Ortiz, Míster abrió otra sede en la plazoleta de comidas del centro comercial Plaza del Río, el más importante de la región del Urabá.
En este camino de crecimiento, Carnes del Rancho ha contado con el acompañamiento de Comfama en el programa Desarrollo de Proveedores, en el que Míster y su equipo han aprendido sobre buenas prácticas de manufactura y gastronomía.
Esta alianza les ha ayudado a garantizar que la producción de sus alimentos se realice bajo unos estándares de calidad y seguridad, optimicen sus costos a través de la estandarización y además potencien sus recetas a través de la innovación gastronómica.
Junto a Comfama se han fortalecido para asumir el reto de ser proveedores en grandes eventos de la región, como en el Campeonato Nacional de Motocross realizado en Urabá, además de participar en ferias, bazares, conmemoraciones y otros eventos.
Para Míster, el apoyo de Comfama ha sido un impulso determinante para el desarrollo y la expansión de su marca, no solo a través de las capacitaciones que lo ayudan a estar a la vanguardia en los procesos gastronómicos, sino también por medio de la motivación y el acompañamiento que ha sentido de su mentor, Andrés Molina. "Las mentorías y los programas que me han tocado por parte Comfama me han ayudado a avanzar con mis puntos físicos, a cambiar mi mentalidad, mis ganas de crecer y llevar mi marca al mundo donde la quiero tener”, cuenta Míster.

Ser el número uno
Míster sigue con el mismo entusiasmo y la pujanza que lo motivó a creer en su marca desde el primer día. Hoy cuenta con un equipo de nueve empleados a quienes considera su familia, más él y su esposa que es su coequipera incondicional.
Su sueño es ser el número uno en el sector gastronómico del Urabá, que su marca se posicione más alto y logre un reconocimiento que trascienda a otras regiones, o incluso a otras ciudades del país. Por ahora, tiene la certeza de que con la formación que ha recibido está listo para cubrir eventos masivos que sigan extendiendo la sazón de su marca.
