Una casa familiar pintada con murales de colores que embellecen su fachada se convirtió en un sitio de referencia y encuentro en el municipio de Segovia, Antioquia. Un lugar donde florece el arte, la memoria y la música, y en el que siempre se podrá degustar del café y la buena comida.
Casa de Colores: Café y Arte es la empresa de Caissa Marcelia Vargas, una habitante del municipio que a través de este espacio busca preservar la memoria histórica de la casa familiar en la que creció junto a sus hermanos rodeada de música, libros y arte. Sus padres, quienes desde niña cultivaron en ella su gusto cultural, habituaron la casa como un centro educativo donde enseñaban mecanografía, modistería y otras artes prácticas.
Caissa recuerda cómo su padre pintaba la fachada con letras y colores que convirtieron la casa en un referente para todo el que transitaba por allí. Por eso, los habitantes de Segovia la bautizaron como la “Casa de Colores”.
Los años transcurrieron, su madre falleció y su padre enfermó de Alzheimer. La casa quedó deshabitada por un tiempo, pero desde la distancia Caissa aún sentía la conexión y el significado que había detrás de esas paredes. Así, buscó recuperar el legado que dejaron sus padres, y empezó a transformar la Casa de Colores en un espacio comunitario que ofrecía talleres de manualidades y formación en diversas técnicas artísticas.
De esta iniciativa hace tres años surgió Café y Arte, un proyecto para darle sostenimiento a las actividades que se desarrollaban en la Casa de Colores. Caissa empezó desde cero, vendiendo tinto y pasteles, pero para su sorpresa, desde el primer momento su idea de negocio tuvo gran acogida.
Se formó como barista, extendió sus productos y servicios y ahora es la propietaria de un café que reúne a la comunidad con presentaciones en vivo, música, talleres y encuentros, además de acompañar en eventos que se realizan en el municipio.
Comfama, un aliado para dar el siguiente paso
En Casa de Colores: Café y Arte se pueden encontrar preparaciones tipo brunch, helados, malteadas y platos como sándwiches cubanos, hamburguesas, burritos, bowls, acompañados de bebidas como jugos, cócteles, cafés, vinos y cervezas. También manejan menús especiales de acuerdo con lo que sus clientes requieran para los eventos.
Esta variedad en su carta y la atmósfera creativa del lugar llamó la atención de empleados de la Caja que empezaron a visitar el café y un día le propusieron a Caissa ser una aliada de Comfama. Aunque ella estaba dispuesta, se dio cuenta que para ser proveedora debía cumplir con todos los requisitos necesarios: formalizar a sus empleados, adecuar el espacio, garantizar la salubridad de sus productos, entre otras normativas.
Sin embargo, Comfama le ofreció un acompañamiento integral para capacitarla e instruirla en estos aspectos que le ayudarían a Caissa a impulsar su negocio. Gracias a esta alianza, Casa de Colores: Café y Arte recibió visitas de expertos, como ingenieros de alimentos, y capacitaciones en temas gastronómicos y empresariales que les ayudaron a consolidar buenas prácticas de manufactura.
Esta alianza se ha fortalecido con el tiempo, Café y Arte acompaña con refrigerios los eventos de Comfama. Como dato curioso, en la sede Comfama de Segovia está una fotografía de la Casa de Colores en una exposición sobre lugares insignia del municipio.
Un oasis de la cultura
El propósito que motiva a Caissa cada día es convertir a Café y Arte en lo que ella llama un “oasis”, un refugio que rompa con la contaminación auditiva que suele encontrar en las calles del municipio.
Este año además ha traído momentos significativos para la empresa. En diciembre finalizan el proceso con el programa Emprendimiento Cultural Antioquia, luego de ser uno de los 42 proyectos seleccionados entre 240 postulantes. Con esta iniciativa, en la que Comfama cuenta con una participación, han recibido acompañamiento y formación para mejorar aspectos administrativos, de gestión y del espacio.
Junto a tres amigas, Caissa creó el colectivo “Forjadoras de Sueños” una red para apoyar a mujeres emprendedoras de la región. Además, desde la alcaldía municipal le entregaron el premio Mujeres que Transforman, destacando su el liderazgo y el impacto de Café y Arte en la comunidad.
Por ahora continúa con el proceso de formalización para sus empleados, y está dedicando sus esfuerzos para fortalecer los espacios educativos, sobre todo para los niños que llegan a Casa de Colores. Más que pensar en el crecimiento de Café y Arte como negocio, sueña con sacar adelante un proyecto social que trascienda en la comunidad y siga fomentando en más personas esa raíz artística que su padre sembró en ella.