Su cabello está envuelto en plantas y flores, su piel es verde y sobre su cuello cuelga un talismán que protege la naturaleza: “Yo soy la Guardiana del Bosque, todo esto que ven aquí es mío, yo lo cuido. Acá está el talismán que me protege de las amenazas, pero también me avisa qué animales y plantas necesitan la ayuda de todos para ser protegidos”.
La Guardiana del Bosque fue la anfitriona de Amelia Gómez, de once años, en los parques de Comfama y Rionegro. Durante dos días tuvo la oportunidad de disfrutar de actividades que giraron en torno al medio ambiente en el festival Juguemos en el Bosque.
Compromiso y perseverancia es jugar para aprender a cuidar nuestros bosques.
“Aprendimos sobre la naturaleza y nuestro entorno a través del juego, eso me pareció muy divertido” afirmó Amelia, quien además disfrutó de las actividades que la ponían a prueba, como los obstáculos de saltos en el desafío del bosque.
Este desafío fue una de las estaciones del Festival donde, a través de un campo de retos, pusieron a prueba la agilidad y las destrezas de quienes participaron. Con Guardiana como guía, Amelia superó los diferentes obstáculos, para los que tuvo que mover todo su cuerpo y medir sus habilidades.
Otra de sus actividades favoritas durante la experiencia fue la estación de realidad virtual, donde sintió la energía del bosque al verse inmersa en una experiencia que simula la realidad.
La comida también fue protagonista porque hubo espacio para descubrir nuevas sensaciones, gustos, sabores y aprendizajes. “Estuvimos en un encuentro gastronómico donde nos hablaron de cómo empezar a consumir alimentos más saludables que no son malucos. Nos enseñaron a jugar con esos alimentos y a hacer preparaciones muy ricas” dijo.
Amelia pudo preparar panqueques de banano y avena y, para tomar, un guandolo de maracuyá que estaba “súper rico”. Además, para aprender sobre el origen de los alimentos, pintó materas y aprendió sobre la siembra de plantas comestibles, en su caso, la albahaca.
Para terminar la fiesta entre risas, bailes y cantos, Amelia gozó con el concierto de La sinfonía de los bichos raros de Puerto Candelaria en el parque de Rionegro, en el que, a través de la música, aprendió a reconocer las características de distintos insectos y, a su vez, la importancia de las diferencias en las personas.
Volvió a su casa con una sensación de cercanía con la naturaleza, protegida por la Guardiana del Bosque. Entre aprendizajes y diversión, aprendió sobre el cuidado de la fauna, de la flora, de nuestros bosques y ecosistemas.