Dos bolitas en su seno fue lo primero que notó Dellys Milena Urango; las ignoró. Tres meses más tarde, apareció el dolor punzante y la hinchazón. Aunque lo pensó, esta vez no podía mirar hacia un lado. Aquel día, junto a su esposo, tomó la decisión que le salvaría la vida: consultar a un médico.
Ante la insistencia de su familia, Dellys inició un proceso de atención particular. A su primera cita se vio obligada a asistir sola porque fue en 2020 y las restricciones eran muchas por cuenta de la pandemia. Allí le realizaron exámenes médicos y le pidieron costearse una biopsia: “lo que usted tiene podría ser cáncer”, le dijeron. Llegó a su casa y no habló. Lloró. Por más que su esposo le preguntó, no le salían las palabras. Lo intentó, pero no pudo. Volvió a llorar. Dellys es chocoana y Libardo es urabaense, se conocieron en el mismo barrio de Turbo donde viven hoy y hace nueve años decidieron darse el «sí» que los unió y los conformó como familia al lado de sus tres hijos.
Confundido y asustado, Libardo buscó ayuda. Llamó a la mamá de Dellys, quien llegó con sus hermanas. “Lo que yo tengo es cáncer”, les dijo a todos y, al pronunciarlo, también lo aceptó. Esa misma semana entre su familia recogieron los 600 mil pesos para pagar la biopsia que confirmó lo que ya sabían.
Dellys Milena tenía en ese entonces 29 años y empezó su tratamiento como paciente con cáncer de mama en la sala de quimioterapia de la Clínica Panamericana, la institución de salud más importante en atención médica de alta complejidad ubicada en Apartadó, a 25 minutos de su casa.

En la Panamericana, entre enfermeras, médicos, el oncólogo y su familia, Dellys recibió doce quimioterapias. Una cada ocho días. Luego, cuatro más fuertes que la prepararían para el momento más difícil: la mastectomía, una cirugía que se realizaría en Medellín para extirpar su seno. Durante el proceso perdió el cabello.
“Mamá, tú no te vas a morir, cuando me gradúe quiero que estés ahí”, le decían sus hijos. La ilusión de verlos crecer, sumada a un diagnóstico oportuno y una rápida atención en el tratamiento por parte de la Clínica Panamericana, fueron factores clave para su recuperación. El 18 de febrero de 2022, luego de 16 quimioterapias, una mastectomía y 30 radioterapias, Dellys Milena Urango volvió a nacer. Ese día le ganó la batalla al cáncer.
Esperanza es ganarle la batalla a la enfermedad gracias a una atención de calidad.
La adquisición de la Clínica Panamericana es una manera de insistir en lo importante que es el Urabá antioqueño, sus empresas y su gente para nosotros y en lo mucho que creemos en esta región.
542.171personas se benefician con la Clínica Panamericana.