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Una segunda oportunidad para soñar

Una segunda oportunidad para soñar

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Una segunda oportunidad para soñar

A pesar de los obstáculos, Erika sabe que no existe un único camino para cumplir sus sueños. Una historia sobre la perseverancia en el estudio. 

Antes que estudiante, Erika Zapata se considera madre de tiempo completo. Vive en Copacabana y se encuentra cursando cuarto semestre de Diseño Gráfico en el Cesde. Siempre soñó con estudiar esta carrera, pero Erika es consciente de lo costosa que es en una universidad privada. Por eso, hace cinco años, sus sueños iniciaron con las Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia sin embargo, aunque todo iba muy bien, quedó embarazada y decidió renunciar para hacerse cargo de su hija, María Belén.

Sin embargo, su motivación por cumplir sus propósitos la llevaron a intentarlo nuevamente hace dos años, por lo que se presentó al programa de Becas Comfama y salió favorecida para estudiar Diseño Gráfico, su gran anhelo, en el CESDE.

Allí se encontró con lo que había soñado y comenzó el camino para obtener su título. Esta vez estaba decidida a cumplir con sus estudios para brindarle a su hija un mejor presente y futuro.

A pesar de esto, el destino tenía una nueva prueba para ella y para todos. Llegó la COVID-19 y con ello volvieron las dudas a su cabeza, ¿cómo haré para estudiar en mi casa con tanto ruido?, ¿qué hago si no tengo un computador para estudiar?, ¿podré salir adelante sin el acompañamiento físico de mis profesores? Su respuesta, contundente: seguir.

Estudiar en casa le resultó difícil, asegura que encontrar un lugar en el cual concentrarse fue complejo, más cuando su hija también necesita atención y el resto de su familia también convive con ella. Sin embargo, se siente agradecida porque desde Comfama nunca la dejaron sola. Para estudiar Diseño Gráfico se necesita un buen equipo, por lo que le prestaron un computador con todas las prestaciones para estudiar en casa, además de brindarle un auxilio de $500.000 para su sostenimiento durante cada semestre. Esto le ayudó a convertir sus dificultades en oportunidades.

Estar en casa también le sirvió para gestionar mejor su tiempo, tanto que el que invertía para ir hasta Medellín lo está empleando en hacer deporte. Erika se encuentra feliz y dice con convicción que así le toque graduarse en la virtualidad, lo hará con todo el gusto, lo que importa es querer aprender, no el lugar donde se estudia.

7.987 estudiantes matriculados en Cesde. 46 % se beneficiaron con un subsidio del 20 % y el 15 % de sus matrículas. 315 recibieron becas para Idealistas en programas técnico-laborales y diplomados.