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Subsidio de arrendamiento: un impulso para cumplir propósitos

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Subsidio de arrendamiento: un impulso para cumplir propósitos

Una historia acerca de cómo un auxilio le ayudó a María Janneth a sortear un momento difícil.

Un trabajo estable, una hija responsable y una mamá sana eran los tres motivos por los que María Janneth Bermúdez le agradecía a la vida. Todo marchaba según sus planes, vivían cómodas con lo que ella ganaba como auxiliar contable.

Inesperado fue cuando, a principios del 2020, antes de la pandemia por la COVID-19, María perdió su empleo. La causa fue un recorte de personal. Fue un momento angustioso: los gastos no paraban. Pudo cubrir el arriendo durante los primeros meses con la liquidación, pero, aunque recortaba otros gastos, el dinero se agotaba.

Fueron cinco meses sin empleo. Durante ese tiempo aceptó trabajos intermitentes como mensajera o limpiando casas. Aunque se postulaba a vacantes en su profesión, la frustración crecía con cada negativa.

Inesperado fue cuando, a principios del 2020, antes de la pandemia, María perdió su empleo. La causa fue un recorte de personal. Fue un momento angustioso.

En agosto las cosas cambiaron: consiguió empleo en el área contable, pudo pagar algunas deudas. Durante esos mismos días recibió un correo que contenía una noticia: Comfama ofrecía 3.800 alivios de arrendamiento de emergencia, para cubrir un porcentaje del valor mensual del alquiler de vivienda de personas que hubiesen sufrido una disminución de sus ingresos debido a la pandemia por COVID-19. Reunió la documentación y se postuló. No tenía muchas expectativas. Recuerda que fue un proceso sencillo y que, incluso, cuando les comentó a sus compañeros de trabajo, varios dudaron que fuera cierto. Sin embargo, en octubre recibió la notificación de que era una de las personas seleccionadas.

3.800 Subsidios de arrendamiento de emergencia con los que acompañamos a los afiliados que tuvieron disminución en sus ingresos producto del COVID-19.

El alivio consiste en que el arrendador recibe durante seis meses, de parte de Comfama, el 50 % del valor del arriendo, el inquilino cubre el resto. María Janneth aprendió a ser persistente pues, aunque en varios momentos de su crisis pensó en rendirse, no lo hizo y siguió buscando alternativas. Ahora, inspirada en el alivio que representó para ella este auxilio de arrendamiento, cultiva un nuevo propósito en su vida: tener vivienda propia.