Aprender diferente en el Colegio Comfama
30 de Abril 2021
Valentina está en su elemento cuando se expresa libremente. Una historia acerca de una niña que encontró un colegio donde podía ser ella misma.
Valentina Cortés Benítez estudió en los preescolares Comfama, vivía feliz y contenta de pasar gran parte de sus días en estos espacios. Cuando terminó esa etapa de su vida debió ingresar al colegio. Para eso su madre, Dasy Benítez, la matriculó en primero de primaria en una institución de la ciudad.
Valentina empezó a estudiar y se encontró con una metodología diferente a la que estaba acostumbrada. Valentina, quien se caracteriza por ser una niña muy activa, comenzó a desanimarse poco a poco, asegura su madre.

«Se mantenía triste, sin ánimos, realmente nunca la había visto así. Ella es muy extrovertida, alegre y de siempre tener iniciativas, estaba con las manos atadas y no podía ser ella misma», explica Dasy. Asegura, además, que se sintió impotente al saber que su hija no disfrutaba de una de las mejores etapas de su vida.
Días después de haber iniciado clases, se enteraron de que el Colegio Comfama abriría sus puertas en Bello, en el barrio Pérez, con cupos para primero de primaria.
Emocionada comenzó este camino, el gran bosque de la sede se convirtió en su segundo hogar, sin embargo, a los pocos días comenzó la cuarentena nacional debido a la COVID-19. Las clases presenciales se hicieron virtuales, pero esto no fue motivo para que Valentina se desmotivara, por el contrario, desarrolló nuevas habilidades; por ejemplo, afianzó su expresión corporal para hablar frente a la cámara.
Sus días dejaron de ser aburridos y, aunque, la mayoría de sus jornadas las pasó frente a un computador, entabló una muy buena relación con todos los exploradores, así se hacen llamar sus compañeros del Colegio. Valentina encontró un lugar en el que las clases se convirtieron en momentos de conexión, corporales, artísticos y científicos. Los profesores se transformaron en mentores y las tareas se convirtieron en misiones que trascienden el acto de sentarse a desarrollar un enunciado.
Valentina ya no está aburrida en el aula porque descubrió uno de los muchos caminos que existen hacia la felicidad.