En 2020 reforzamos nuestra práctica de escuchar y de escucharnos desde una marca activista que busca una causa infinita: un mundo mejor.
¿Para qué conversamos? Esta suele ser una pregunta frecuente entre la comunidad de idealistas que es Comfama. Lo hacemos para transformarnos, dotar de sentido la palabra y encontrar significados que, aunque diversos, nos permitan construir una historia común. Y, ¿cómo nace una buena conversación?, creemos que desde el deseo de compartir y de encontrar, juntos, respuestas a preguntas que nos inquietan; pero, también desde la disposición para escuchar y desde el profundo entendimiento que tenemos, como tribu, de la importancia de las causas colectivas por encima de los intereses personales.
Una ciudad que se pregunta por sus empresas
Existe una crisis recurrente en cualquier estudiante universitario: no tener los recursos para pagar la matrícula del próximo semestre. A Karoll Zapata le pasó y creyó que todos sus propósitos de vida quedarían como la anécdota de un primer y único semestre en la universidad.
Comenzó una búsqueda de empleo. Tenía claro que esa era la solución para poder seguir su carrera. Había una dificultad adicional, el trabajo que consiguiera debía ser compatible con sus horarios de clase, de hecho, eso era lo más importante.
Asistió a varias entrevistas y procesos de selección, pero no tuvo suerte. Karoll tenía su objetivo claro, por eso decidió emprender: compró una caja plástica y la llenó de papitas, chicles, bombones y chocolatinas. Así con tiempo, disciplina y estricto ahorro empezó a recoger el dinero necesario para pagar el semestre que estaba por llegar y lo logró.
El siguiente semestre y producto de una conversación con un amigo de la universidad; conoció la convocatoria del Metro de Medellín para estudiantes que estuvieran interesados en ser conductores de trenes.
Cuando la vio parecía demasiado bueno para ser real: un empleo en una gran empresa que, además, respetaba sus horarios de clase. Un poco incrédula se presentó y al día de hoy lleva tres años como conductora de los trenes del Metro y, simultáneamente, estudia en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid.
Karoll logró continuar en la ruta hacia su propósito de ser profesional y además encontró una estabilidad económica. Ahora integra un grupo que, mientras transporta personas, puede ver el asombro de esos niños que por primera vez viajan en un tren, es testigo de la expectativa de esa primera cita de amor o esos encuentros y risas, y que en esencia son las mismas formas de la vida.
La historia de Karoll hizo parte de una iniciativa pública que realizamos en agosto del 2020, a raíz de la crisis institucional que vivía Medellín. Convocamos a través de las redes sociales, a la sociedad civil para que participara en una reflexión pacífica.
4 millones de visualizaciones tuvieron las conversaciones que le propusimos al departamento de Antioquia durante el 2020.
Hoy te preguntamos: ¿Qué sería de Medellín sin El Metro? ¿Y qué sería de Karoll sin su empleo en esa empresa? #UnaCiudadQueSePregunta
Algunos de los hashtags que nos recordaron en redes sociales el poder transformador del diálogo: #UnaCiudadQueSePregunta #EmpresasHeroicas #PrimeroElCuidado #SíConMujeres #Escúchame #PodemosConfiar