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Una posibilidad para entrenar en casa

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Una posibilidad para entrenar en casa

Germán, de 70 años, tuvo que buscar la forma de continuar entrenando sin poner en riesgo su salud. Una historia de cómo la disciplina y la tecnología superan las limitaciones que conlleva una pandemia.

Germán está casado con María Cecilia hace 41 años, viven en Conquistadores y tienen dos hijas. Una vive lejos, en Madrid, la otra, cerca, en San Félix. Es pensionado, pero aún ejerce como abogado y desde hace 8 años tiene el hábito de ejercitarse a diario.

Desde el 2017, año en el que llegó por primera vez al centro de acondicionamiento y preparación física de Ciudad del Río, asistía de lunes a viernes y dedicaba una hora a entrenamiento grupal, a veces yoga, pilates, stretching o GAP, y otra hora a entrenamiento funcional en máquinas.

La llegada de la pandemia y posterior cierre de los centros de acondicionamiento le impusieron grandes retos a Germán. Lo enfrentaron a la posibilidad de perder su estado físico, empeorar su salud y perder contacto con el exterior. Para él, además de ser un sitio para entrenar, el centro de acondicionamiento le ha servido como puente para crear grandes vínculos de amistad.

Se mantiene vital y le da continuidad a un hábito que le ha brindado bienestar físico y mental.

A raíz de eso tomó una decisión: sí o sí entrenaría. Por eso inició una búsqueda que, a través de Facebook, lo llevó al nuevo Centro de acondicionamiento virtual de Comfama, una alternativa para cambiar y mantener hábitos saludables desde cualquier lugar.

Adaptarse a los entrenamientos virtuales no fue tarea fácil. Germán se sentía raro entrenando desde casa, no tenía un espacio adecuado para ello ni las máquinas para trabajar con peso. Motivado por la entrega de los instructores, decidió convertir su sala de televisión en su nuevo gimnasio y adoptar una rutina diaria donde dedica, por lo menos, una hora al entrenamiento.

10.553 usos del centro de acondicionamiento virtual Comfama a través de las clases y 121.749 personas disfrutaron de la oferta digital para acondicionamiento físico.

A pesar de las dificultades, Germán asegura que tirar la toalla no fue una opción para él. «Nunca pensé en desistir del entrenamiento virtual, pues fue de mucha ayuda durante el encierro tan prolongado que tuvimos. Yo estuve meses sin salir de mi casa y esas clases fueron un aliciente».

Germán sabe que los hábitos se conforman de disciplina y persistencia, por eso la pereza y el cansancio no son obstáculos para entrenar desde casa. De hecho, ya siente que tiene su propio CAPF en su hogar, con profesor particular en medio del encierro. La experiencia es tan buena que su esposa ya lo acompaña en su rutina diaria.

El hábito de ejercitarse, incluso en pandemia, representa beneficios en la vida de Germán. Se mantiene vital y le da continuidad a un hábito que le ha brindado bienestar físico y mental. Hoy Germán espera con anhelo la oportunidad de reencontrarse con sus compañeros y entrenadores en el CAPF. Sin embargo, asegura que cuando las puertas se abran nuevamente, quisiera continuar entrenando de forma virtual y presencial, pues quiere aprovechar todos los beneficios de ambas modalidades.

La llegada de la pandemia y posterior cierre de los centros de acondicionamiento le impusieron grandes retos a Germán. Lo enfrentaron a la posibilidad de perder su estado físico, empeorar su salud y perder contacto con el exterior.