De la piscina a un computador: ese fue el reto que aceptó Mauricio Avellaneda Sanabria, salvavidas de Comfama. Una historia acerca de esa infinita capacidad de reinvención humana.
¿Y si de un día para otro, tu trabajo cambia por completo? Eso fue lo que le pasó a Mauricio Avellaneda, un salvavidas que ingresó a Comfama hace catorce años como auxiliar de servicios generales, quien más tarde apoyó el área logística y, un año y medio después, se certificó como salvavidas.
Marzo del 2020 fue un reto para Mauricio. La pandemia por el COVID-19 obligó al cierre de los parques Comfama. Su labor, que dependía de la presencialidad, ya no podía realizarse. Para él fue una situación compleja, «el encierro me estaba volviendo loco», decía. Además, experimentaba angustia, todo era nuevo y desconocido.
En medio de esa situación recibió un mensaje por WhatsApp, allí convocaban a aquellos empleados que estaban en receso de sus actividades, para hallar otras formas de contribuir a distintas necesidades de Comfama. Mauricio, inmediatamente se puso a disposición.
Empezó un proceso de capacitación. El reto era grande: familiarizarse con el uso de diferentes aplicativos que eran complejos para él, nunca había dependido de un computador para trabajar. Aprendió acerca del registro riguroso de la información, un aspecto esencial para ejecutar su nueva tarea con éxito.
4.799 empleos conservados de trabajadores Comfama. 1.022 de ellos, reenfocaron su rol, y empezaron a aportar en retos organizacionales. Desarrollaron habilidades para: asesoría telefónica temporal, finanzas personales, herramientas ofimáticas colaborativas, alfabetización digital y manejo de procesos y aplicativos propios de la organización.
Era necesario más concentración y dedicación de lo que Mauricio imaginaba, también debía comunicarse con los afiliados a Comfama para la actualización de datos personales. Cada descuido era una potencial pérdida de contacto con el usuario.
Ante cada tropiezo Mauricio decidió ser compasivo consigo mismo pero, al mismo tiempo, constante y disciplinado con el proceso. Por eso empezó a cumplir con sus metas y en 30 días se convirtió en el primero en hacer llamadas con actualizaciones exitosas. Mauricio se convirtió en un referente al crear un modelo de servicio que generaba confianza con las personas a las que llamaba, por eso durante cuatro meses consecutivos fue el mayor actualizador de datos de su área.
Los parques reabrieron y Mauricio retornó a las piscinas. Lo hizo feliz, con la satisfacción de los aprendizajes obtenidos y de los desafíos superados. Siempre podemos reimaginarnos.
Recordamos con cariño a nuestro compañero Carlos Zarate, quien falleció por COVID-19. Extendemos un caluroso abrazo a su familia.