Carlos Augusto Cano aún se acuerda de su diálogo cuando vendía dulces en el coliseo y el estadio de Jericó: “Marlboro, chicles, frunas, galletas, chitos”. Desde pequeño se consideró emprendedor y talentoso para ofrecer productos, por lo que su carrera ha estado marcada por el comercio.
Un negocio de pollos, taberna, charcuterías y hasta una próspera marca de helados (Helados Canito) han pasado por su hoja de vida. Por eso, cuando en 2020 le ofrecieron uno de los mejores locales del parque de Jericó para montar un restaurante, no lo dudó.
“Uno en la vida debe experimentar y entender la propuesta de valor que va a aportar en lo que haga, por eso, cuando me dijeron que podía administrar el Balcón de Juana, no lo pensé dos veces”, cuenta este empresario, quien también gerencia una fundación para niños, niñas y jóvenes con discapacidad, la cual lleva el nombre de su hijo, Jeremías Cano, quien falleció en un accidente.
Un crecimiento empresarial consciente
Favorecido por el punto en el municipio y su oferta, que se basa en comida típica colombiana, ha vivido un crecimiento exponencial: pasó de tener tres trabajadores a llegar hasta a 16 en un fin de semana. Lo más llamativo es que se asesoró del Ministerio del Trabajo para dar oportunidad a jóvenes de Jericó, quienes se caracterizan por ser deportistas y buenos estudiantes.
“Averiguamos sobre ellos antes de darles la oportunidad, nos interesa que su prioridad sea el estudio, luego el deporte y, por último, el restaurante”, relata Carlos, quien se siente orgulloso de ver cómo su empresa se la pasa llena de clientes los fines de semana.
Precisamente, para tener ese desarrollo continuo y consciente, se ha permitido asesorarse de aliados como Comfama, que le ha brindado posibilidades de expansión, de aprendizajes y de acercamiento a su propósito con diferentes ofertas.
Hay Festival: un trampolín hacia el propósito
El Hay Festival Jericó representa una época única para los empresarios en el municipio por la cantidad de visitantes que llegan. De hecho, Carlos resalta la calidad de clientes que pasan por El Balcón de Juana: “son un público selecto, que buscan una experiencia tranquila, lo que supone un reto para nosotros”.
Otro valor que evidencia este jericoano es la red empresarial que se forma por estos días debido a que existe un apoyo constante, así sean competencia de servicios. Incluso, asegura, si una persona no encuentra lo que desea en su carta, él mismo le recomienda otros sitios para que complete su vivencia gastronómica.