¿Qué es la Banca Ética?
Es conocida también como banca social, sostenible o alternativa, en donde la creación de productos financieros no está condicionada exclusivamente a criterios de riesgo y de rentabilidad económica. Toma este nombre porque tienen como prioridad la inversión en la economía real, la transparencia de sus operaciones y el análisis de su impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente.
Es un movimiento que pretende, dentro del sector financiero, poner en la mesa de discusión preguntas tales como: ¿Cuál es el impacto de los proyectos que se financian? ¿De donde y hacia donde va el dinero que pasa por el banco? ¿Cómo somos agentes de cambio positivo haciendo consciente los tres usos del dinero (consumo, ahorro-inversión y donación)?
Para el desarrollo de una Banca Ética, se debe lograr tener una mirada amplia de la situación actual de cada país para identificar las necesidades más críticas e importantes a solucionar. Los grandes problemas del mundo son reflejo de acciones humanas y es por medio de nuestras mismas acciones que podemos plantear una perspectiva de cambio para pasar de la competencia a la cooperación y del crecimiento ilimitado, al desarrollo sostenible.
Se busca que cada día se tengan más empresas y más personas con pensamiento crítico que impulsen a la decisión y a la acción creativa para el progreso humano. Es por lo anterior que la Banca Ética es promotora de las Empresas Sistema B porque son ejemplo de proyectos económicos que utilizan el dinero respetando la dignidad humana y el medio ambiente.
Cuatro grandes aprendizajes...
Crear una economía nueva es despertar la consciencia en el uso consciente del dinero, para comprar para ahorrar y donar. Saber qué es lo que estamos comprando, dónde lo compramos y para qué será usado aquello que se compra.
Siempre deberíamos preguntarnos de ¿Cómo nace el producto? ¿Dónde se hace y con qué materia prima? ¿Quiénes lo elaboran y en qué condiciones lo hacen? Todo eso es una Economía consciente basada en la dignidad humana.
Debemos proponer una nueva economía basada en la cultura, en las industrias creativas. Incorporando nuevas prácticas que promueven pensamientos de cuidado y fortalecen las habilidades sociales que cultivan nuestro espíritu.
Las empresas deben fomentar acciones basadas en valores humanos y no en la competencia. Crear un mercado que cree en la vida, en el ser humano y su dignidad. Es hora de dejar hablar el tema de precio y empezar hablar del tema de valor. Dejar la indiferencia al dolor humano y buscar la verdad desde el amor.