Ahora las personas con más poder de influencia no son sólo las que ocupan altos puestos públicos, sino las que se atreven también a defender con claridad y confianza los temas más cruciales por los que pasa la sociedad por medio de un comunicado, un tweet o una publicación en redes sociales.
Muchos de esos “influencers”, además de ser personas del común, son líderes empresariales y directores ejecutivos. Según el más reciente Barómetro de Confianza de Edelman, en 18 de 27 países se cree que las empresas son más confiables que los gobiernos y son las únicas instituciones que son vistas como competentes y éticas a la vez. De igual manera, de acuerdo con un estudio realizado por Harvard, casi dos tercios de los encuestados dicen que quieren que los gerentes de las empresas tomen la iniciativa en el cambio de políticas sociales en lugar de esperar al gobierno.
Las empresas deben cuidar también su marca, reputación y relación con sus públicos de interés. Es por lo anterior, que sus intervenciones no deben ser apresuradas y se debe evaluar bien la manera y el lugar en donde se hacen visible sus posturas frente a un tema álgido de la agenda pública.
Para esto, Kathy Bloomgarden, la presidente de Ruder Finn, una empresa de relaciones públicas de Estados Unidos, presenta por medio del Fondo Económico Mundial las tres razones principales sobre cuándo y por qué un gerente de una compañía debe pronunciarse públicamente:
Cuando es auténtico: cuando está alineado con el propósito u objetivo de la compañía, o cuando tiene que ver con una historia personal del gerente. En esos momentos, no se habla siguiendo un guion o cumpliendo con un lineamiento corporativo, sino que es una intervención personal, sin mediadores, planteando genuinamente las opiniones frente al tema en cuestión.
Cuando conecta con la fuerza trabajadora joven: Para los millennials, el compromiso personal con los problemas sociales es importante y es una gran base de la fuerza laboral disponible en el mercado.
Cuando es lo correcto para el futuro de la empresa: Los temas en los que los empleados se sienten directamente identificados y representan los valores vividos en la compañía, necesitan ser abordados de forma decisiva por la dirección. Si una empresa dice apoyar y promover la diversidad, sus acciones públicas deben ser fieles a esos valores.
