En Comfama, creemos en el poder de la educación para transformar vidas. Por eso, te ofrecemos un crédito educativo con condiciones excepcionales, diseñado para impulsar tus sueños y metas profesionales. Pero ¿es una deuda o una inversión? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
¿Por que el crédito educativo es una deuda buena?
En el mundo de las finanzas, existen dos tipos de deudas: las buenas y las malas.
Deudas malas: son aquellas deudas que adquieres para comprar cosas que no necesitas, que te no generan ingresos y que incluso pueden perder valor con el tiempo (ropa, tecnología, viajes, etc.). Estas deudas suelen tener intereses altos y pueden convertirse en una carga financiera difícil de manejar. Deudas buenas: son aquellas deudas que adquieres para invertir en algo que te generará beneficios a largo plazo. Estas deudas suelen tener intereses más bajos y pueden convertirse en una herramienta para que alcances tus metas y mejores tu calidad de vida. En resumen, el crédito educativo se considera una deuda buena porque cumple con las características de una inversión inteligente. Ahora bien.
¿Por qué un crédito educativo en una inversión inteligente?
Un crédito educativo, a diferencia de otras deudas, se convierte en una inversión a largo plazo. Al invertir en tu formación, estás adquiriendo conocimientos, habilidades y herramientas que te permitirán crecer profesionalmente y alcanzar tus metas.
Mayor potencial de ingresos: una formación de calidad te abre puertas a mejores oportunidades laborales y salariales.
Desarrollo personal: la educación te enriquece como persona, ampliando tus horizontes y perspectivas.
Cumplimiento de metas: un crédito educativo te permite acceder a la formación que necesitas para alcanzar tus sueños profesionales de una manera más sencilla en caso de no tener el dinero para tu matrícula.
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¿Qué tener en cuenta antes de solicitar un crédito educativo?
1. ¿Qué quiere estudiar?
Investiga tus opciones: explora diferentes carreras, instituciones y programas educativos que se ajusten a tus intereses y habilidades.
Consulta el mercado laboral: investiga cómo está posicionado el programa que te interesa en el mercado laboral, cuáles son las perspectivas salariales y las oportunidades de crecimiento.
Hazte preguntas: ¿vale la pena inversión?, ¿es bien paga la profesión y me pude dar retorno a la inversión?, ¿realmente disfruto lo que voy a estudiar?
¡No te apresures! tómate el tiempo necesario para elegir la formación adecuada para ti.
Ahorra y busca alternativas: si crees que el deseo de estudiar puede esperar un poco, empieza un ahorro para la educación, hay programas de ahorro exclusivos para esto y luego complementa con un crédito en caso de necesitarlo.
2. ¿Cuánto necesitas?
Presupuesto detallado: elabora un presupuesto detallado de los gastos asociados a tus estudios (matrícula, materiales, transporte, etc).
Busca opciones de financiación: luego de que revises tu capacidad de ahorro, explora diferentes fuentes de financiación, como becas, ayudas económicas y por supuesto, créditos educativos.
¡Compara! Analiza las diferentes opciones de crédito educativo disponibles y elige la que mejor se adapte a tus necesidades y posibilidades. También diferentes instituciones educativas, para que así te decidas por la opción con mejor relación costo/beneficio para lo que quieres estudiar.
3. ¿Cómo vas a pagar el crédito?
Plan de pago: elabora un plan de pago realista, teniendo en cuenta tus ingresos actuales.
¡Sé responsable! Cumple con tus pagos a tiempo para evitar intereses mantener un buen historial crediticio, y así tener posibilidades de seguir expandiendo tus sueños. Evita gastar de más en pagos moratorios.
¿Conoces nuestro crédito educativo? Con nuestro crédito accedes a beneficios únicos:
Tasas de interés competitivas: disfruta de tasas de interés bajas que te permitirán ahorrar dinero a largo plazo.
Flexibilidad en los plazos: elige el plazo de pago que mejor se adapte a tus necesidades.
Crédito a un clic: solicítalo ahora de forma digital ingresando aquí.