El primer día que Yuliana Zuleta sembró en su casa las plantas con las que siempre soñó fue, sin duda, una fecha que ha marcado su vida y evoca con amor. Habla con orgullo de los esfuerzos que ella trazó para poder llegar allí. Tiene ojos color aceituna y recorren cada rincón de su hogar con la expresión de calma que solo da la tranquilidad.
Cuando estaba pequeña tomaba las libretas para dibujar hojas con casas y jardines de flores. En ese momento no tenía idea que años después dejaría de ser fantasía. Ahora cae en la cuenta de que siempre hubo motivos para lograr el sueño de morar bajo un techo protector.
“Parecía imposible de hacer”
“Lo importante es iniciar y no dejar las cosas en el aire”, lo dice porque creció en el ritmo de los “millennials”: trabajo, redes sociales, fiestas, viajes, vivir el ahora, vivir el momento. Así, con dudas de por medio, en el 2018 tomó la decisión de ahorrar para consolidar su proyecto.
En ese mismo año, en febrero, entró como periodista a la empresa de sus sueños, lo que al final la llevaría a lograr su ideal, porque su objetivo la encaminó a dar otro paso significativo: ahorró una parte de su sueldo cada mes, a través de la cooperativa de su empleador, y los destinó para la compra o construcción de vivienda, todo esto, antes de recibir su primer sueldo.
Después de estar ahorrando un año, con una base más sólida, se dio a la tarea de buscar proyectos que se acomodaran a su presupuesto; sin embargo, ninguno se adecuaba a su propósito: “parecía imposible de hacer el sueño realidad”.
Su mamá le dio un primer impulso y le donó un garaje en el barrio Aranjuez para que allí quedara su cada soñada. De entrada, sabía que tenía mucho trabajo por hacer: el inmueble estaba abandonado, debía ‘desenglobarlo’ y cumplir con los requisitos para acceder a un préstamo en la cooperativa. Con contratiempos y dificultades su trabajo se vio reflejado el día que le dijeron que sí.
“Cuando querer es poder”
Todos hemos vivido la sensación de vacío que genera el miedo, lo desconocido, lo que no puedes controlar. Ella pasó por todo esto, había momentos en que ninguno de los dos podía estar pendiente del trabajo que realizaban los constructores en su casa, el valor de la confianza fue indispensable para poder lograrlo. Los fines de semana se dedicaban a realizar balances, cuentas y requisitos.
Su vivienda es tipo apartamento, tiene una habitación amplía, cocina, patio de ropas, baños y jardín… ese jardín con flores que anhelaba. Tener casa ha contribuido a mejorar la calidad de vida de Yuliana, aún más en este momento de pandemia, de teletrabajo y de encontrar en su casa un refugio para escribir y contar historias.
Yuliana cree firmemente que más allá de las posibilidades económicas de cada persona, soñar, planificar, investigar y confiar son fundamentales para cumplir con los objetivos individuales. Por estas razones, para ella, haber tomado la decisión de ahorrar e invertir en un inmueble propio, ha valido la pena cada día.