En 1980, con un presupuesto de $30.000 de la época, Luis Guillermo González fundó Demetálicos en el garaje de la casa de sus padres.
Jorge González, su hijo, fue invitado a conversar con las empresas y los voluntarios de la segunda cohorte del programa de Voluntariado para el desarrollo empresarial Mentorías para empresas conscientes y nos contó su historia y aprendizajes.
Desde sus inicios los acompañó la vocación por el trato humano hacia sus colaboradores y hasta el día de hoy lo han mantenido como su filosofía empresarial. Fue la comunicación clara, el esfuerzo y el compromiso lo que garantizó la sostenibilidad de este negocio que para los años 80 contaba con un solo trabajador a medio tiempo y que actualmente brinda empleo a más de 220 personas.
Para Demetálicos, jugar a que la gente gane no es sólo un eslogan cautivador, ni una simple estrategia de gerencia, sino un valor transversal a toda la organización que impacta positiva y responsablemente al desarrollo tanto de la empresa como de todos sus grupos de interés.

Con el propósito de impulsar la creación de organizaciones que generen valor para las personas, Jorge González, hijo del fundador y actual CEO de Demetálicos, nos comparte algunos de sus esfuerzos claves para producir bienestar desde las empresas.
Tras 42 años de presencia en el mercado, Demetálicos se ha especializado en tres líneas de negocio: mobiliario para retail, estanterías y procesos de automatización de centros de distribución y, finalmente, en el año 2019, innovaron con nueva marca llamada Origami, en la que realizan revestimientos arquitectónicos. Las fachadas de Plaza Fabricato en Bello, Farmatodo en Milla de Oro y Nuestro Bogotá son algunos de los resultados de su trabajo. En sus orígenes, manufacturaban productos metal-mecánicos; ahora, con una planta de 10.000 metros cuadrados se transformaron y se adaptaron a las necesidades que exige la coyuntura medioambiental. ¿Cómo?
“Es importante recalcar que nosotros somos una compañía que hace inversiones mucho más avanzadas que el resto del sector. Nosotros fuimos los primeros en Colombia en nuestro mercado que redujimos en un 100% el consumo del agua en nuestra planta de pintura, nosotros fuimos los primeros que trajimos una tecnología que se llama plaforizado que no genera lodos y tuvimos incluso un apoyo por el Centro Nacional de Producción por esa apuesta que hicimos al impacto del medio ambiente”.

Está claro que esta empresa se preocupa por operar en pro de lo sustentable y, además, consideran que la responsabilidad social empresarial empieza desde casa. Es por ello que su desafío más grande lo constituyen sus colaboradores y su bienestar. Así lo hacen:
Demetálicos continúa labrando su camino para aportar cada vez más valor al interior y al exterior de la empresa. Para el futuro esperan seguir innovando en todos los procesos e incorporar el uso de análisis de datos para acercarse más a sus colaboradores y proveedores y lograr una relación más sostenible en el tiempo.
Así mismo, con Origami, la nueva marca de revestimientos arquitectónicos, confían en que a través del apoyo a los arquitectos e implementadores de urbanismo de nuestras ciudades se pueda generar ciudades cada vez más sostenibles, disminuyendo el consumo de energía y gestionando de manera más eficiente los recursos. A ellos, les aguarda un camino extenso pero provechoso en pro del capitalismo consciente para construir un mundo mejor donde el desarrollo sea para todos.