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Nuestros parques Comfama

Un parque Comfama es como la vida misma

Observar un amanecer, disfrutar con la familia, reunirse con los amigos. Nuestros parques Comfama son como la vida misma, pero, ¿por qué? descúbrelo con nosotros

Un parque es como la vida misma
Un parque Comfama es como la vida misma

Un parque es como la vida misma. Llegar, por ejemplo, nos enseña a atesorar los destinos. Pero también, casi siempre, a desconfiar de las cosas que valen la pena solo por su resultado. Llegar es también tomar el bus que va hasta la estación del metro y te deja más cerca; reunirte con amigos en casa para ir en carro; buscar en el mapa la dirección del destino. Llegar es irse, moverse, entender que también se puede pasar bueno en el camino.

En Comfama creemos que nuestros parques son como la vida misma, porque…

Hay agua

La metáfora de dejar las cosas seguir su cauce. Entender, por más difícil que parezca, que cuando el agua baja por un río no hay que detenerla sino dejarla seguir.

El agua es una buena maestra. Está en muchas cosas: en el estanque en el que nadan los patos y los chorritos que expulsa una ballena; está en el instrumento del jardinero y en las neveras que esperan por una familia sedienta después de tanto disfrutar.

Hay agua hecha para generar vida y también para alimentarla. Existe también cayendo del cielo para refrescar una mañana caliente y también como un secreto que cubre todos los rincones.

Un parque es como la vida misma

Hay plantas

Porque se necesita vida y cuidado. Un entorno que no solo existe para que otros lo visiten, sino que también se llena del placer de la belleza; una flor en un jardín, un árbol que durante años ha custodiado nuestras montañas, una combinación de maravillas naturales que van quedándose en los recuerdos de cada visitante.

Las plantas son buenas compañeras, hemos escuchado. Dejan de ser decoración para volverse especies en ajuste, en movimiento. Las hay en los viveros esperando llegar al jardín y también adornando los lugares en los que todos se toman una selfie; existen con la excusa de la belleza y también con el propósito del asombro.

Las plantas hacen su labor cada que una respiración profunda es también una respiración más pura, más sana, más fresca.

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Hay detalles

En cada letrero que se va renovando para coincidir con la poesía de la naturaleza. En las personas que sonríen y saludan a tu paso, en las coincidencias que ocurren todos los días.

Los detalles de cada parque son lo que les permite ser únicos. Hay detalles que flotan en el agua de Guatapé, otros que se esconden en una piscina en La Estrella. Existen detalles en el magenta de un tobogán en Zungo y también en una habitación de antaño en el pueblo de Tutucán.

Los detalles de nuestros parques son esa parte de la vida que conserva para sí misma todo lo pequeño, lo que parece inútil o irrelevante, para dejarlo existir y convertirlo en inolvidable.

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Hay posibilidades

A veces en un día de familia después de muchos días de trabajo; en el evento de una noche que se convirtió en tradición; en las clases a las que siempre te inscribes para encontrarte con amigos e incluso en todas las cosas que todavía no has hecho en cada parque.

Cuando un parque tiene posibilidades, significa que la vida también las tiene. Eso es un alivio. Que haya posibilidad significa que hay futuro, que existe un día después del hoy.

Las posibilidades son todo aquello que convierte un parque en lo que podría ser: el lugar de encuentro para un día inolvidable, el escenario de recuerdos que no se borran, la anécdota que un día contarás como si estuviera lejos del recuerdo.

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Entonces, ¿por qué un parque es como la vida misma?

Visítanos y empecemos a encontrar la respuesta.