Las drogas se fueron apoderando de él, no respetaba a mis padres y cada vez se perdían más y más los implementos del hogar: hasta el televisor y el fogón de cocina. Fueron días difíciles, no entendía su necesidad de robarnos.
Familia en Casa
27 de Noviembre 2020
Cuando regresaba a casa, tenía un olor terrible que producto de su adicción, fue deprimente verlo en ese estado. No había otra solución, debíamos llevarlo a un centro de rehabilitación. Inició su proceso con tranquilidad, pero le pudo la ansiedad y no quiso volver a casa.
Mi abuela murió el 11 de diciembre de 2019 y la acompañamos, unidos en familia, para darle el último adiós. Unos meses después mi hermano apenas se había enterado de su muerte. Luego empezó la cuarentena y con el dolor en el alma tomamos la decisión de no dejarlo entrar porque podía llegar contagiado de Coronavirus. Mi madre lo dejó fuera en dos ocasiones, él me pedía que lo dejara quedar a mi casa, tuve que decirle que no porque yo tengo una niña y no me podía exponer al contagio.
Todo esto lo hizo recapacitar. Pudo ver que estaba perdiendo lo más preciado por todos, la Familia. Desde el mes de mayo, exactamente desde celebración del día de la madre no se ha vuelto a ir. Pidió disculpas por sus actos, ha estado juicioso y con unos kilos de más. Esperamos que con el favor de Dios, siga juicioso por el camino del bien para que mis padres tengan la tranquilidad de conservar una familia unida.