
La neverita Sanyo de color blanco, la tiene Cecilia desde el año 74 y nos saca de apuros en situaciones como estas. Ese mismo día me reúno con Gloria, mi pareja y Rosita, una amiga, en horas de la mañana, para hacerle una limpieza a la casa de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel de la cual somos integrantes. Esa mañana, antes de llegar a la casa de dicha Fraternidad, paso por la ferretería por unos costales para escombros. Los cuales utilizan las chicas para recoger unos residuos de un trabajo de construcción, que habían hecho en esa casa antes de empezar la cuarentena y estaban arrumados en la entrada de la segunda puerta. Le pregunto a Rosita si conoce a alguien que arregle neveras y me dice que sí, que va a buscar el número para dármelo. Llamo a Cecilia para decirle que posiblemente me den el número de un técnico. Me indica, también he estado llamando a otro, pero no contesta. Agrega voy a llamar a una empresa donde arreglan neveras, para preguntar cuánto vale la reparación. Por la tarde llego a mi casa y Cecilia me dice que la reparación es costosa, lo mejor es comprar una nueva. Para el día martes, salgo temprano para ir por un medicamento de un amigo, Eduardo, quien tiene mayoría en edad y al cual le hago ese favor desde que empezó la cuarentena.

Arribo a mí casa con unas flores. Adquiridas en la Placita de Flores, para tener un recuerdo de las noches acontecidas en el parque cultural nocturno durante las ferias de flores anteriores y que este año no fue.
II
Es miércoles 5 de agosto, se decide comprar una nevera nueva. Cecilia sale por la tarde al centro para ir por esta. Le digo, si quieres te acompaño. Pero ella quiere ir sola y deja encargada la casa a nosotros dos.


A finales de la tarde llega Cecilia contenta, hizo una buena compra, una nevera Haceb. La consiguió por el sector de Colombia en donde venden electrodomésticos. Son las ocho de la noche, mi madre se siente mal. Tiene una tos fuerte, nos dice: parece que me va a dar gripa. Se toma una aromática y se va a dormir. Mientras veo televisión en la sala escucho su tos. Hasta que deja de toser y supongo que está dormida, decido también irme a dormir. Para el siguiente día Cecilia dice que tiene gripa. Le preguntamos qué si tiene pastillas para eso, las encuentra y se toma una. Esa mañana Jorge y yo, más él, desarma una de las puertas de la nevera Whirlpool. Para poderla sacar por el pasillo y dejarla en el pequeño patio que hay antes de la cocina y después de la sala. Al final de la tarde de ese jueves, llega la nueva Haceb. Color gris oscuro, de dos puertas, pero más pequeña que la anterior. Para entrarla hubo también que quitarle las puertas. Nos dan las indicaciones necesarias y dicen que la encendamos a las nueve de la noche. Uno de los muchachos que trae la nevera, el líder del grupo, le pregunta a Cecilia: qué va hacer con la vieja nevera. Ella le expone, si quiere llevársela puede hacerlo es solamente mandarla a reparar, es la primera vez que se daña. Pero pienso, esa nevera ya tuvo una reparación cuando vivíamos en Itagüí, sin embargo, ella no hace memoria. El muchacho dice: conozco a alguien que arregla neveras, vendré por la vieja Whirlpool al día siguiente. Llega la noche y Cecilia sigue con la tos.

Nos muestra que los inhaladores para su asma no le sirven. Agrega, esos inhaladores que entrega la EPS, no son tan buenos como los que compro a veces en la farmacia.
III
El viernes siete de agosto Cecilia nos anuncia, tuve fiebre la noche anterior. Al mediodía me dice que si le puedo llevar el almuerzo a Serbulo. Esta indispuesta y con escalofrío. Serbulo es el tío más anciano de la familia. Es viudo, mi tía Ana, la mayor de las hermanas Restrepo era su esposa, murió en la década del noventa por una insuficiencia respiratoria y su hija Nelly se hizo a cargo de su Padre, hasta que ella también partió por lo mismo hace dos años. Las dos murieron a causa del hábito del cigarrillo. Ahora el cuidado de Serbulo es por parte de Cecilia. Él vive en un inquilinato. El dueño y administrador de este lugar, es el viudo de la fallecida prima Nelly. Allí ha vivido desde hace más de veinte años. A inicios de este año, Serbulo ha ido a desayunar muy puntual a las 7 am todos los días. Mi madre le lleva el almuerzo al mediodía. Él lo distribuye a lo largo del día. Al mediodía se toma la sopa y en la noche se come el seco. Su cuarto queda al fondo de la casa. En un segundo piso que se sube por unas escaleras en forma de caracol. Ese segundo piso, cuenta Cecilia, se lo hizo Nelly cuando ella recibió la herencia de los Restrepo, al vender la casa familiar de toda la vida, en el barrio Nutibara. Su cuarto es amplio en comparación con las otras piezas del inquilinato. Su cama, que era la mía hace tres años, se encuentra al lado izquierdo, al otro extremo está el televisor y un mueble donde se encuentra sentado él. Me indica Cecilia, generalmente se queda dormido allí. Me recibe el mandado, me da las gracias y lo dejo solo. Como lo ha estado en esta cuarentena y desde mucho antes, desde que murió su hija. La familia ha querido llevárselo a un asilo. Serbulo les ha dejado claro que él no se va para uno de esos sitios, porque allá lo encerrarían y no lo dejarían salir.

A él le gusta caminar por las mañanas por la 45 de Manrique o irse donde Gustavo a barrio Triste a rebuscársela como el comenta. Serbulo no es pensionado, a pesar de que trabajó toda su vida. Recibe una ayuda de un programa del gobierno para personas mayores, la reclama cada mes. Gustavo fue el jefe de su fallecido hijo Joaquín quien era mecánico. Serbulo a lo largo de su vida fue camionero y se recorrió las carreteras colombianas. Él siempre cuenta esas historias de cuando conducía camiones, cada vez que va a la casa. Llega la noche y Cecilia sigue indispuesta ahora tiene flujo nasal, la tos ha disminuido después de dos noches con esta.
Ya es sábado, ella explica, tuve fiebre por la noche, pero que ya me siento mucho mejor. Tanto así que puede ir a llevarle el almuerzo a Serbulo. Pero nos revela una cosa, ha perdido el sentido del olfato y el gusto. Además Jorge nos dice, tengo malestar en la garganta. Ese día por la tarde van por la antigua y dañada nevera, se la lleva el muchacho que la pidió días atrás. Como último mensaje del aparato al sacarla empujada, daña un encendedor del corredor. Mi hermano dice que no hay problema, él lo iba a cambiar y ya llegó el momento para hacerlo. El día miércoles de esa semana enviaron un correo del Claustro de Comfama, sobre el proyecto al que me había inscrito semanas atrás, Medellín a Solas. En el formato que llené para inscribirme, dejé la inquietud que quería escribir algo sobre la cuarentena. Les había dicho, sería interesante hacer algo sobre la situación de las prostitutas durante esta época.

Las que se ubican en el sector del Raudal en el centro. El correo invitaba a una serie de charlas que iban a realizarse a la siguiente semana. Reenvié el correo a Gloria y le dije que asistiéramos a esas charlas, se veía interesante. El domingo 9 de agosto, Jorge tiene malestar de gripa. Me dispongo por la mañana, como todos los domingos, a asistir vía zoom a una reunión de la Fraternidad. Se llama Servicio de Templo y en él se hace una pequeña lectura bíblica, se entona unas canciones, se lee una reflexión que habla sobre el servicio hacia los demás, se hace unas oraciones y por último se hace una pequeña meditación de 10 minutos. El servicio dura 35 minutos aproximadamente. Al finalizar me preparo para la misa que dan en Televid al mediodía precedida por el Arzobispo de Medellín.

Antes de la cuarentena, Gloria y yo, íbamos a misa todos los sábados a las seis de la tarde a la Catedral Metropolitana, a escuchar la homilía del Padre Bernardo Restrepo, nos gusta sus reflexiones.

El Padre Bernardo, hace labor social con los necesitados de esa comuna, especialmente con las madres venezolanas que viven en inquilinatos en el centro. Ya al final del domingo, como la mayoría de los días de la semana a las 6:30 pm asistimos alrededor de una 25 0 30 personas vía zoom al Servicio de Curación, también de la Fraternidad, en este igualmente se hace una lectura bíblica, especialmente apartes donde Jesucristo cura a los enfermos, se entonan canciones y se hace una petición para curar a los enfermos, que lo han pedido a esta Fraternidad y para todo el mundo en general. También se hace una meditación de 10 minutos y luego se hace una última petición, una lectura meditativa para que llegue la paz mundial. El servicio completo dura por lo general entre media hora o 35 minutos, se hace una vez a la semana en la casa de reuniones, pero desde que empezó la pandemia, se está realizando todos los días desde el mes de marzo vía Internet.
IV
Es lunes 10 de agosto, Cecilia se siente bien, pero ahora Jorge tiene fiebre y tos.

Voy a la farmacia por unas pastillas para la fiebre.

En el camino decido comprarle las mismas pastillas para la gripa que tomó Cecilia, Adorem Gripa y pido también una tableta de Loratadina 10 mg para la alergia. Pregunto por un termómetro, pero no hay, están escasos. Ese día no salgo más y al final de la tarde me dispongo para asistir a la primera charla de Medellín a Solas. Ese lunes, había llegado un correo con unas lecturas previas para leer antes de la conversación, me parecen interesantes.






El martes por la tarde me dirijo a la casa de la Fraternidad en Prado Centro, a encontrarme con Vicente, otro miembro de la misma, para sacar los costales con escombros que habían organizado Rosita y Gloria la semana anterior. Se los van a llevar a la siguiente mañana, un carro que recoge escombros de EPM. Le damos una pequeña limpieza a la casa, regamos con agua a las plantas y hacemos el Servicio de Curación.

De subida para mi casa, pregunto en una droguería por la 45 por un termómetro. Los hay digitales y de mercurio.

Sin pensarlo me llevo el digital. Llego a la casa, le tomamos la temperatura a Jorge. Él dice, me siento bien desde que me tomé esas pastillas el día anterior. El termómetro le marca 36.8.
Es miércoles 12 de agosto, me levanto por la mañana con un malestar en la garganta ahora la gripa parece que me va dar a mí. Es un día normal, sigo la rutina de la semana, me preparo por la tarde con las lecturas previas para la charla de Medellín a Solas y hago otras lecturas, una tesis de grado y una investigación sobre el tema de la prostitución.

Llega el jueves y la incomodidad en la garganta continua al tragar, consigo jengibre y me hago una bebida con limón y una aromática. Cecilia y Jorge ya se sienten bien, no tienen síntomas de la gripe, ella ya recobró el gusto. Estoy a la espera de la gripe que también me va a dar. El viernes tengo malestar general. Por la tarde, aprecio que sube mi temperatura corporal. Me la tomo y da como resultado 37.3. Gloria me dice que llame para pedir una cita a la EPS.

Le digo que no, es una simple gripa, me tomo una acetaminofén, la fiebre baja. Por la noche mientras duermo, me percato que la temperatura volvió a subir. Al siguiente día, sábado 15 de agosto, la indisposición aumenta. Ahora tengo dolor de cabeza, me tomo otro acetaminofén, la temperatura marca 37.1, me noto cansado, me tiro a la cama por un momento.


Ese día como todos los sábados por la tarde, se reúnen los miembros de la Fraternidad para estudiar el libro: El Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel. Condensa dicha filosofía. Hace parte de una serie de conferencias que hizo el autor en repetidas ocasiones, a lo largo de la primera década del siglo XX en Estados Unidos. Aquí se habla, sobre la evolución pasada del ser humano y el planeta donde vivimos, su presente y lo que nos espera más adelante. Después nos reunimos también vía Zoom para el siguiente estudio el de la Astrología, dirigido por Miriam. Ella se trazó un propósito en esta pandemia y fue de enseñarnos su conocimiento sobre el tema. Fue así, que el 23 de Abril, época de Luna Nueva, dice ella, donde se deben empezar los proyectos, iniciamos el curso de Astrología. Dos veces por semana, el jueves por la noche después del servicio de curación y el sábado por la tarde. Es de noche la temperatura ha bajado. Me voy a descansar. A mitad del sueño, padezco una fiebre alta, no duermo bien. Me levanto por la noche, la pijama esta mojada, es poco lo que alcanzo a dormir. Me levanto al otro día con dolor de cabeza. En la mañana de ese domingo, presiento que he perdido el sentido del olfato y el gusto. Me tomo un acetaminofén más. Estoy un poco mejor después de una de las peores noches que he pasado. Gloria me insiste que pida cita prioritaria, pero le expreso que ya estoy mejor. La paso en la cama la mayoría del tiempo, el termómetro marca 36.8, parece que lo peor ya ocurrió.
V
Es lunes 17 de agosto una nueva semana ha empezado. Mi hermano sale por la mañana por su medicamento para los ojos. He pasado una noche mejor, la temperatura se ha restablecido. Aun no tengo olfato y gusto. Ahora empieza el flujo nasal. Sin embargo, la molestia de la garganta ha ido desapareciendo. El malestar general continúa. No me provoca levantarme de la cama. La comida me sabe a nada. Es incómodo comer así. Cecilia me dice, pudo haber sido causado por la fiebre de las noches anteriores. Para el martes, el flujo nasal permanece con mayor fuerza. La garganta ya está sana. No me molesta para tragar. Todavía no saboreo la comida y ni tampoco percibo ningún olor. El decaimiento persiste, tengo somnolencia, sigo en la cama. Al siguiente día el flujo nasal ha disminuido, pero aun la pesadez en el cuerpo y la pérdida del olor y el gusto siguen. Le digo a Gloria que de seguir igual llamaré a la EPS. Es jueves, ya el flujo nasal ha desaparecido, sin embargo, el ánimo sigue disminuido. Me siento algo mareado y aun no siento el sabor a las comidas. Le comento a Gloria que voy a llamar al 123 para hablar de mi caso. Por la tarde llamo al número de emergencias, me atiende una mujer. Me hace unas preguntas. Me pide los datos personales para ingresarme al sistema y luego transfiere la llamada a otra persona. Me atiende otra chica y me empieza hacer preguntas: Desde cuándo tengo síntomas, si tuve contacto con alguien que estuviera contagiado, cuántas personas viven conmigo, si ellos han presentado síntomas. Trato de informar lo que me ha pasado. Antes de finalizar la llamada, me sugiere que llame inmediatamente a la EPS y exponga mi caso. Llamo al teléfono de Sura que me da la chica del 123. Logro comunicarme muy rápido con otra mujer. Me hace unas preguntas personales y me dice: Lo va a llamar un médico para hacerle una tele-consulta dentro de media hora. Me llama un médico su nombre es Carlos. Me dice, soy Ginecólogo y estoy ayudando durante la contingencia. Me hace unas preguntas parecidas a las que me hicieron en el 123. Le cuento la historia y le digo, tengo como síntoma principal, la pérdida del sentido del olfato y el gusto desde hace cinco días. Me responde al otro lado: Ese síntoma, La Anosmia y los anteriores que ha tenido, responden a un posible contagio por Coronavirus. La probabilidad de que sea positivo es del 90%.

Prescribe una prueba para detectar el virus. Me dice: Cuando llegue a su correo la orden de la prueba debe llamar inmediatamente al número que aparece ahí. Me sugiere, vaya a primera hora a ese lugar a realizársela. Decido no contar nada en la casa, solo sabe Gloria de lo sucedido y le pido que me acompañe a hacerme el examen.

El médico me receta dos medicamentos: Acetaminofén, 42 tabletas, en caso de dolor muscular o dolor de cabeza y 5 tabletas de Deslarotadina para el malestar y la congestión nasal, nunca los reclamo.
VI
Es viernes 21 de agosto, digo en la casa que voy a ir por los medicamentos de Cecilia y los que yo tomo, estoy un poco mareado. La cita con Gloria es a las 2 pm en Almacentro, por San Diego.


Llego más temprano y reclamo los inhaladores de Cecilia y mis medicamentos.

La espero en la entrada del centro comercial, donde hay una vaca colorida con personas también esperando. Se me acerca una mujer a darme una información, no se sobre qué es, le digo que no, insiste, me niego nuevamente y se va. Había visto antes, mientras esperaba, que ella hacia firmar una planilla y pedía una colaboración. No obstante, trato de no tener contacto con nadie. Hay una chica sentada en la obra de arte de la vaca, en la parte que da sombra. Ella se acaba de encontrar con una señora, esta le trae un suculento pan grande y la chica se lo va comiendo lentamente. Veo comer a esa muchacha y me acuerdo de algo, no le cojo el sabor a la comida desde hace 6 días.

Llega Gloria, nos dirigimos hacia Punto Clave.

Lugar donde Sura tiene un centro de ayudas diagnósticas para Covid 19. Hace parte de la vigilancia epidemiológica creada para esta contingencia. Entro me piden llenar un formulario, lo lleno. El lugar cuenta con todos los protocolos de seguridad. Las personas que atienden están arropadas de pies a cabezas con un traje azul desechable. El aire acondicionado esta al máximo, adentro hace frío. Me demoro 15 minutos en el lugar. La Prueba Molecular para Coronavirus Covid 19 o PCR como la llama el personal médico, dura menos de 5 minutos. Me introducen una sonda por la nariz, la chica me dice que no respire por unos segundos, introduce una solución salina, la vuelve a recoger y saca la sonda. Me informa que el resultado lo sabré en unos tres días aproximadamente.

Salgo y Gloria está en una banca esperándome.

Se encuentra hablando con una señora, ella también está haciendo fila, para reclamar un medicamento en otra EPS ubicada al frente de Sura. Indica la señora que está haciendo vueltas de medicamentos desde por la mañana y no ha almorzado todavía. Gloria tiene una mandarina y la comparte para todos. La señora enseña un par de tenis que compró por internet, son para su nieta, los saca de un morral de niña. En ese momento llega un vendedor y nos ofrece un turrón de chocolate, ella se compra uno y mientras se come la mitad nos dice que tiene diabetes. Le compra dos bolsas de agua a un señor de una chaza, las pasa a un tarro de agua y se la va tomando lentamente. Comenta, debo tomar mucha agua para pasar el azúcar en mi sangre producido por este chocolate. Gloria y yo decidimos seguir camino y nos despedimos. Por último nos señala la señora, por lo visto esta tarde no la van atender. Desde que llegué ahí, hasta cuando nos fuimos la fila no se movió, eso fue un lapso de 15 a 20 minutos.

Seguimos camino hacia el centro comercial San Diego. No podemos entrar. No tenemos pico y cédula.


Decidimos entrar a un pasaje comercial que está al lado, Plazuelas de San Diego. Nos toman la temperatura marco 35.4, nos dejan ingresar. Vemos unas bancas y hacemos una estación allí.

Un grupo de hombres ven un partido, es el Sevilla contra el Manchester United es la final de la copa Europa League.

Al sentarnos vemos una vitrina que está al frente.

Exhiben unos arcos con flechas, cuchillos de todos los tamaños, espadas, machetes y una colección de espadas katanas japonesas de color azul. Inmediatamente se viene a la memoria el personaje de la Mamba Negra, la asesina que obtuvo su venganza, en la saga cinematográfica llamada Kill Bill volumen I y II de Quentin Tarantino.

Gloria saca de su bolso un libro. Quiere leer algo en voz alta. Es de la Colección de Palabras Rodantes y su autor es Arturo Echeverri Mejía, contiene unos cuentos y unas cartas que le escribiera Gonzalo Arango. Don Arturo fue un escritor de mediados de siglo XX y relataba las situaciones socio-culturales de la época. Fue militar de la armada y luego empresario. Se rodeó de los escritores antioqueños de la época entre ellos está Gonzalo. Me quiere leer una carta que le escribió Gonzalo a Arturo. En ella, cuenta un recuerdo de cuando vio por primera a vez a Arturo, los había presentado Alberto Aguirre, otro escritor. En esa época Gonzalo pasaba por una situación económica difícil. Vivía de lo que le podían brindar los amigos. Cuando lo conoció, Arturo le llevo un pantalón, Gonzalo se los puso inmediatamente y botó el otro. En la carta le agradece el regalo, en esta se refleja la sinceridad y la humildad de Gonzalo. Él fue un autor antioqueño que fue poco valorado por la sociedad de la época. Concibo vergüenza ajena. Me termina de leer, nos despedimos y cada uno se dirige para su casa. El Metroplús está atestado de personas, no hay otra forma para llegar a casa. Me monto al bus en esas condiciones. Llego me quito toda la ropa, me lavo bien los brazos y la cara y me dispongo a descansar, tengo algo de malestar general.
VII
El sábado 22 de agosto amanezco mucho mejor que los días anteriores. Me llaman por la mañana a las 10:00 aproximadamente, al otro lado un joven comenta, soy de las ayudas diagnósticas de Sura y es para darle el resultado de la prueba del día anterior. Pienso inmediatamente, me dijeron que en dos o tres días me daban el resultado, presagio lo peor. Es real, sale positiva la prueba de Coronavirus Covid 19. Se me viene a la mente todo lo sucedido: la gripa de mi madre y hermano, las personas con las que tuve contacto, Serbulo, Vicente, Gloria, la salida para la compra de la nevera donde posiblemente mi madre contrajo el virus. Me hace unas preguntas y me indica que me llamará luego un médico de la EPS. Le pregunto que como hacemos para que Cecilia y Jorge se hagan la prueba y me dice que cuando me llamen le pregunte eso al médico. Cuelgo y rápidamente le digo a Cecilia que el día anterior me hice la prueba de coronavirus y salió positiva. Me reprocha por no haberle dicho y me pide que me ponga el tapabocas, me lavo las manos y me cubro la boca.

Más adelante, le preguntaría a Cecilia sobre lo sucedido ese día de la compra de la nevera, me diría, no viajé en Metroplús sino en un colectivo de Campo Valdés, iba lleno.



Al llegar al centro, me dirigí a la calle Colombia donde venden electrodomésticos, visité dos almacenes y los vendedores tenían tapabocas y cumplían los protocolos.





No creo que cumplieran los protocolos, en el transporte público, diferente del Metro, tampoco se cumple ningún tipo de protocolo. No le pregunto más y dejo las cosas así. No quiero hostigarla, ni hacerla sentir culpable del contagio. Como dice Café Tacvba la agrupación mexicana en su canción Volver a Comenzar: El agua derramada está / La sed que siento me sanará. Llamo a Gloria, le cuento lo sucedido y le menciono, tenga cuidado de ahora en adelante en su casa. Por la tarde llama un médico de Sura, vuelve y me hace las mismas preguntas, las respondo y cuento lo sucedido. Le pregunto, ahora que sucede con mi madre y hermano, si deben hacerse una prueba. Me aclara, para ellos el tiempo de progreso de la enfermedad ya ha pasado, que es entre 10 y 12 días. Añade, debe mantener los cuidados básicos dentro de la casa y si ellos presentan algún síntoma, le corresponde llamar a la EPS. También me comunica, el lunes va a ir un médico de la entidad a su casa a hacerle una consulta. Por último me informa, le van a entregar un kit para cubrir la enfermedad. De igual forma, llaman de la Secretaría de Salud de la Alcaldía, para verificar si ya me dieron el resultado de la prueba, me dan unas recomendaciones y finaliza la llamada. A partir de este día las llamadas de la EPS y la Secretaría de Salud son diarias, llaman por la mañana y la tarde para llevar un seguimiento de la enfermedad.
Continúo con la rutina de los sábados y mis reuniones con la Fraternidad. Luego, recibo la llamada de un amigo, “El TT”. Le cuento lo que me pasó y me contesta desde la montaña de Santa Helena: Cucho lo pringaron, sí ve, por andar compartiendo el bareto con los pelaos del frente. “Los pelaos del frente”, son los que tienen una plaza de vicio, en una de las casas de la cuadra donde vivo. Oscar, otro amigo, en una llamada anterior, me había dicho, la marihuana regular esta por las nubes y escasa, solo se consigue cripa. La regular, es la que no lleva ningún tipo de aditivos químicos. Podríamos decir, si es un alimento, que sería la orgánica. Directamente de la tierra para tus pulmones y cabeza. La cripa, es alterada genéticamente, la cultivan hidropónicamente y le agregan químicos para acelerar su crecimiento. Es más poderosa, te afecta el organismo. Te pone tonto, como nos quieren los que representan el gobierno, sin opinar y sin importarte nada, que te mantengas dopado y feliz. La situación de la plaza tiene a Cecilia y Jorge contrariados con el barrio, en el que hace tres años vivimos. Para mí, a Campo Valdés le he tomado cariño pese a todos los problemas sociales y de convivencia que pueda tener el sector. Me he adaptado muy fácilmente al barrio Manrique y sus alrededores, la zona de Carabobo Norte queda cerca y el centro también. Le comento a TT, estas en lo cierto, los pelaos no se cuidan, comparten los cigarrillos, los baretos y el perico que consumen. Inclusive muy pocas veces se ven con tapabocas. Así mismo, los dealers, venden sin ningún tipo de protocolo su mercancía. Cuando alguno tiene gripa química (la creada por el perico), lanzan sus mucosidades al piso sin ningún reparo. Solo por el hecho de ser mercaderes de algo tan personal e íntimo, como lo es el consumo de una droga, deberían de tener cuidado para no propagar el virus. Ellos no creen en eso de la pandemia, una tarde tiempo atrás mientras escribía algo en el computador, uno de los muchachos le preguntaba a la vecina de al lado: qué si ella había visto a alguien contagiado. Retornó a mi memoria el video animado promovido por la Alcaldía. Hace una parodia de una escena de la película La Vendedora de Rosas de Víctor Gaviria y en unos de sus diálogos el protagonista de la escena, parafrasea lo dicho por el pelao a la vecina. Cuando me despido de TT, me recomienda sancocho de gallinazo, ese plato sana zombies y levanta muertos. Pienso, a pesar de todo somos afortunados. Los animales que domesticamos y nos comemos descaradamente y sin compasión no transmiten la enfermedad.
VIII
Al siguiente día estoy mucho mejor. Llaman temprano y dice un muchacho al otro lado que está afuera de la casa y va a entregarme el kit de Sura. Abro la puerta y la persona se baja de un taxi es el conductor. Se acerca y me lo entrega. La desconfianza es máxima, no entra a la casa y me pide que coloque la cédula sobre una tablilla, le toma una foto, solicita que recoja el documento y nos despedimos.

El kit contiene: un termómetro digital, un pulsioxímetro que mide la oxigenación o la saturación (como lo llaman medicamente) y la frecuencia cardíaca, 10 tapabocas desechables, una bolsa de color rojo para botar los tapabocas y una hoja de cartón con recomendaciones. Ensayo los aparatos, apunto las muestras. Cuatro veces al día llega un mensaje a mi número de celular, diciendo que me llamaran para preguntarme los signos vitales. Lo hace una máquina y uno da los datos por celular o teléfono fijo. Por la tarde me comunico con Gloria, le doy la buena nueva he empezado a recuperar el sentido del olfato y el gusto. Se aprecian los sabores, muy lejanos, pero por lo menos ya me sabe a algo la comida. Según la filosofía que se estudia en la Fraternidad Rosacruz, el primer sentido que nos ofreció la creación, en el periodo de Saturno fue la escucha. Los periodos, son etapas evolutivas por las cuales ha pasado el planeta y el ser humano. El Oído, dice la filosofía es imposible de engañar. Parece que el olfato y el gusto fueron los últimos que se otorgaron. Podría suponer que este virus los engañó totalmente. Por último me pregunta Gloria, si ya vi el correo que llegó de Medellín a Solas, no lo he visto. Le digo que tengo una idea, descartar, por ahora, el proyecto sobre la prostitución y hacer un relato sobre lo sucedido con el contagio, termino diciéndole que lo empezaré el lunes.
Es el primer día hábil de la semana, 24 de agosto. Me llaman temprano, el médico está por llegar. Está afuera, me exige por teléfono cubrirme con un tapabocas que abra la puerta otra persona diferente y lo espere en el cuarto. Ingresa y en la entrada se coloca un traje desechable: gorro, camisa y pantalón. Tiene un bolsito y un recipiente blanco con atomizador, con una sustancia transparente. Durante el recorrido hacia el cuarto fumiga por donde va pisando. Cecilia le ofrece algo para tomar, él lo rechaza y la reprende por no llevar tapabocas, ella le contesta: Doctor ya no nos morimos, estamos bien. Me revisa, tomándome los signos vitales y auscultándome con el estetoscopio, todo está bien. Mientras me examina me hace preguntas y le voy contando la historia. Le pregunto, cómo hacemos para la prueba de la mamá y mi hermano y me explica lo mismo que me dijeron por teléfono. Todo el rollo de los 10 días después del primer síntoma. Me da una impresión, aunque quisieran no se puede hacer la prueba a toda la gente. Solamente a los que tienen sospecha de contagio. Pero me pregunto, ¿ellos no entran en ese rango? El médico sale, se quita el traje desechable de color blanco en la entrada de la casa, lo mete en una bolsa de color rojo. Le pregunto de nuevo su nombre desde la entrada del cuarto. Se llama Daniel. Como el Profeta quien vivió alrededor del 600 a.c. y tenía revelaciones sobre el futuro en sus sueños mientras dormía. Nos despedimos, le grito gracias. En su visita me entero de algo, posiblemente el pulsioxímetro que tengo esta averiado. Siempre da los mismos parámetros. Cuando me llamen de Sura les comunicaré para que lo cambien.
Voy mejorando a medida que pasan los días. Por la tarde de ese lunes, llaman de la Secretaría de Salud. Averiguan si tuve contacto con alguna persona en un lapso de quince minutos a parte de mi familia. Les digo que con mi novia. Me piden el número de ella. Que la llamaran para programarle una visita y hacerle una prueba. Se contactarían con Gloria el viernes de esa semana (28 de agosto). Ella les diría, no he presentado síntomas. Les explicaría , es mejor que no vengan a mi casa para no alarmar a mis padres, ni a los vecinos de la unidad residencial. Finalizaría diciéndoles, si alguno de nosotros presenta un síntoma me comunicaré con la EPS. Por último me pregunta la chica de la Secretaria de Salud, si me gustaría estar lo que resta de la recuperación en un hotel, le respondo que no, estoy cómodo en casa.

Esa tarde del lunes me siento frente al computador a revisar los correos, leo los de la EPS ahí está el resultado de la prueba. Aparece un Correo de Medellín a Solas, dice que hay plazo hasta el viernes de esa semana para entregar lo que quiera compartirles a ellos. Ya he tomado una decisión y empiezo a escribir lo sucedido con el contagio. De un tirón escribo cuatro hojas, con errores de ortografía y redacción, luego los corregiré, me digo. Durante esa semana sigo escribiendo de a dos hojas por día, para el sábado 29 de agosto llevo 15 hojas. El texto es descriptivo y reiterativo en palabras y situaciones. Respecto a lo último, percibo que es necesario hacerlo para darle continuidad al relato. En relación a lo primero como dice un amigo, Oscar (el que me habló de la marihuana), es labor de carpintería, ir embelleciendo el texto después de escribirlo completamente. En esa semana, el miércoles 26 de agosto, me llaman de la EPS y me dicen que me van a dar de alta, porque no presento ningún tipo de síntoma recurrente. Les explico que me ha dado malestar de garganta por las mañanas al levantarme y algunos dolores de cabeza por la tarde, les pregunto qué sucede con el olfato y el gusto. Me responden, no se preocupe, esos malestares ocurren dos o tres meses después del contagio, el olfato se recobra paulatinamente en 6 semanas. También me indican, si todo va bien, puede salir el martes 1 de septiembre. Salgo el 31 de agosto, debo hacer una diligencia a la casa de la Fraternidad. No me quito el tapabocas durante todo el día y trato de lavarme las manos constantemente.
Es primero septiembre he terminado este texto en la madrugada. Falta agregarle unas situaciones, menciones musicales y bibliográficas, y empezar a corregirlo. Es el medio día, lo estoy corrigiendo. Debo entregarlo el domingo 6 de septiembre, han hecho una prórroga. Tengo pensado hacer un registro fotográfico, pero tengo problemas con mi pequeña cámara de turista. Trataré de hacerlo, así sea con la cámara de celular. Suena el teléfono, es Gloria, hablo con ella y descanso por un momento. Me siento de nuevo frente al computador. Busco una canción del Cantautor inglés Morrissey, cantante y líder del grupo ya desaparecido de la escena, The Smiths, Jack The Ripper. Los Smiths llegaron a mi universo musical por primera vez a principios de los noventa, me los presentó el exesposo de la prima Lina. Me decían en esa ocasión: Escuche estos manes son buenos, a ver si deja de oir tanta salsa. Me pasaron un cd en estudio y otro en concierto. Les diría después: Sus canciones en vivo tienen mayor fuerza, en estudio no tanto, son muy suaves. Me contestarían, sí son relajados, pero mire sus letras. 30 años después le he cogido el ritmo a su música, sobre todo, la etapa en solitario de su cantante. Surge aquí una ironía, actualmente ellos (mi prima y su exesposo), han capturado el género y ritmo de la salsa, sin embargo, deje de escuchar ese tipo de música. Ya pasé por esa etapa.


Me acuerdo de un muchacho que conocí en el Parque del Periodista. Siempre se me olvida su nombre. Cada vez que nos vemos hablamos de muchas cosas, algunos dirían, de banalidades, pero no, son asuntos importantes, entre estos, la música. Él me dice que tiene toda la colección de The Smiths y Morrissey. Me ha invitado a su casa a grabarla, pese a eso, nunca he ido. La canción del cantante es sobre el asesino de mujeres en Londres a finales del siglo XIX. Me recuerda lo siguiente, debo hacer algo acerca del tema de la prostitución, por lo menos empezar con un cuento. Continúo corrigiendo este texto.
Epílogo
No controles mi forma de vestir / Porque es total / Y a todo el mundo gusto / No controles mi forma de pensar / Porque es total / Y a todos les encanta / No controles mis vestidos / No controles mis sentidos
Nacho Cano. Olé Olé
Ahora camino de otra manera. Saboreo cada peldaño que subo, tratando de despejar interrogantes que me acechan. Empleo todas mis fuerzas para entregarlas a las más débiles. Trato de que cada palabra que pronuncio sirva para levantar a las caídas. No estoy dispuesta a aceptar el orden establecido y menos el de quienes no saben imponerlo con justicia.
Algún Día Hoy. Ángela Becerra
Mientras todo sucedía, el Presidente de nuestra República como todas las tardes-noches, hablaba por televisión sobre lo acontecido en el día sobre la pandemia y las nuevas medidas a tener en cuenta. Lo hace con dos fines. Puede decirse que por el cuidado de sus ciudadanos. Pero también, por obtener popularidad en las encuestas y en la opinión de las personas. Este show mediático le ayuda a mantenerse en el poder. Al mismo tiempo es una cortina de humo para cubrir lo que está sucediendo en el país en muchas áreas: la salud, lo político, lo económico, el empleo, la implementación de la paz o como por ejemplo la violencia. La muerte de líderes sociales y jóvenes en las zonas rurales, los ha llamado retóricamente el Ministro de Defensa como “homicidios colectivos”. Para revestir todo eso, lanzan campañas para mejorar la imagen del gobierno, llamada: Hechos Para Creer. La transmiten por la televisión nacional y las redes sociales del Internet. En estas manifiestan lo que han hecho gubernamentalmente en todos los campos. Por ejemplo, en la cultura, hablan de proyectos que beneficiarán a todos, puede ser una realidad. Sin embargo, la porción económica que le dio el Ministerio de Hacienda a esta área, en el nuevo presupuesto nacional, fue la más limitada de todas. Incluso, su parte debió ser compartida con el Ministerio del Deporte.
La pandemia visualizó unos problemas que estaban latentes y también aquietó los movimientos sociales que se venían dando en Latinoamérica. Dichos movimientos generaron una diáspora y llegaron al país. Dando como resultado las movilizaciones estudiantiles universitarias en defensa de la educación pública y su autonomía, y en contra a los problemas sociales que agobian el territorio. Al respecto, se han unido bastantes organizaciones no gubernamentales que apoyan la protesta ciudadana. Me hace recordar a la Fundacion AMA (Amigos por el Medio Ambiente). Un grupo de chicos y chicas activistas que se reunieron por allá en el 2010. Hablaban sobre la situación socio-política del país y concretaban tareas para su posible solución. Estas organizaciones, también marchaban en contra de la regulación de la protesta social y el abuso de la fuerza policial antidisturbios. En relación a este tema. El recién elegido Alcalde de esta ciudad hizo un llamado de atención a dicha fuerza, para dejar transcurrir las marchas sin su intervención. Suministrando la indulgencia para la expresión libre de los marchantes y dejarlos hacer sus pintas en las paredes. Sin embargo, las fracciones políticas radicales de derecha, el sector económico y los medios de comunicación, presionaron para que se retractara de dicha decisión y hasta lo apodaron despectivamente “pinturita”. Si estas personas escucharan los grupos musicales que le cantan a los jóvenes de nuestra ciudad, se formarían una idea diferente de los que protestan. Por ejemplo Providencia un grupo de reggae: dice en su canción Aerosoles: Pero hoy que poco los que le cuentan de esta situación / De lo que en realidad puede pasar / No conviene que el pueblo se deba educar / Para que no conozcan la realidad / Agitando aerosoles contra la opresión / Si el Estado lo esconde / Hoy cantaremos, es nuestro destino / Cantar por lo que no está escrito. Por actos como el del grafiti y otros, como lo sucedido con el acontecimiento de EPM, el Alcalde ha sido tildado desdeñosamente por esa misma fracción ultraconservadora, como izquierdista y populista. Él se declara con una posición independiente, pero sabe también que para poder gobernar necesitará del apoyo de los gremios económicos, por eso su independencia se disolverá. Además dichos gremios y la Cámara de Comercio de Medellín lanzan una campaña: Todos Por Medellín. Una veeduría ciudadana para vigilar la Alcaldía y el patrimonio público, como lo es EPM. Una respuesta política para buscar motivos para poder destituir al Alcalde. Me pregunto, ¿por qué no hicieron lo mismo con el anterior Alcalde y Gobernador del departamento?. Indago de nuevo, ¿si ellos lanzaron su manifiesto, por qué no puedo hacer lo mismo?
En Medellín, esta pandemia dio origen a prohibiciones, que se han efectuado en esta larga cuarentena. Las personas ya se sienten desgastadas con eso. Es una forma de tener controlada a la gente, los organismos de seguridad se sienten cómodas así. En los barrios de Santa Cruz, Aranjuez y Manrique es donde hay mayor número de contagios. Dicen las autoridades que es por la imprudencia ciudadana. Como las constantes fiestas clandestinas sin ningún tipo de protocolo. Lo anterior, puede también responder a las dinámicas cotidianas a las que están acostumbrados los pobladores de esos sectores y a su situación de habitabilidad en su sitio de residencia. Por ejemplo, en estos vecindarios es tradicional la camaradería entre ellos, conversar, compartir entre los vecinos. Si hay plata para lo básico, también habrá para divertirse.



Por eso, cada fin de semana se ve la romería pasando por los lugares comerciales y de entretenimiento de los barrios. Por mi sector, la 45 de Manrique, pululan gentes de todas las edades en estos. Se les hace necesario salir de sus pequeñas casas, que aunque algunos tengan las comodidades necesarias, no se sienten a gusto allí. Las dinámicas culturales de los sectores de las laderas de la ciudad, son muy diferentes a los de otros lugares. Erróneamente, la administración municipal en una forma de intervenir para establecer el orden, por la indisciplina social, como la llaman ellos. Toma medidas en dichos barrios. Lo ocurrido en Santa Cruz y el aislamiento total y cuarentena obligatoria para la zona, es un ejemplo de eso. Su decisión fue coercitiva y no dieron una solución más acorde, estructural, de fondo y más amable a la situación. Por otro lado, se han creado campañas excesivamente optimistas ante este entorno, como la de Todo Va Estar Bien. Los pelaos de los barrios se deben estar riendo de este mensaje, para ellos: Todo bien, siempre ha sido todo mal. Algunos habitantes que representan la hegemonía política y económica regional. Quisieran hacer desaparecer estos barrios populares, aplicándoles a sus residentes una solución final, como la hizo Hitler cuando quiso acabar con los judíos. Pero no lo harán, ellos son inteligentes. Necesitan de su trabajo formal e informal, son los que mueven la economía y la mantienen a flote, sin su labor la ciudad colapsaría. Inclusive, las economías que genera la delincuencia del narcotráfico, son aprovechadas por todos los estratos. Todos se benefician, desde el que vende droga al menudeo, hasta el traficante de grandes cantidades. Todo se liquida en una economía underground, donde la hegemonía también se ve favorecida. La película Sumas y Restas de Víctor Gaviria narra esta realidad. Por eso, los gobiernos quieren crear leyes para controlar a los ciudadanos, pero se les está diluyendo el orden de las manos. Como lo dice la canción Control de grupo de la ciudad Rogs: Largas noches en la multitud / En la tierra donde / La ciudad se encuentra bajo control / Donde todos mienten.
Esta no es solo una respuesta institucional sobre lo que pasa en el país. A nivel internacional en nuestro continente, pareciera que algunos presidentes, responden igual a las situaciones sociales de su país. Un ejemplo de esto, son los presidentes de Estados Unidos y Brasil. Cuando empezó la cuarentena decían que la pandemia no existía, que era una pequeña gripa, no recomendaban llevar tapabocas y a medida que iba empeorando la situación hablaban de tratamientos absurdos y sin sentido: la luz ultravioleta o el desinfectante, hasta un medicamento para el tratamiento de la malaria y el lupus. Que se puede esperar, al segundo le dio Covid 19. El primero al ver el ambiente difícil creado por la pandemia, solo se le ocurre buscar un culpable, la China Socia-Capitalista y genera una disputa comercial con dicho país. De igual forma, la política migratoria contra los inmigrantes centroamericanos es una distracción de su propio entorno, demuestra solo una cosa, el carácter xenófobo de la mitad de los norteamericanos. Nunca han escuchado la canción de Enrique Bunbury, El Extranjero, en sus partes dice: Me siento en casa en América / en Antigua quisiera morir / Parecido me ocurre con África / Asilah, Esauira y el Rift / Ni patria ni bandera / Ni raza ni condición / Ni límites ni fronteras / Extranjero soy. Además, al ver que no la tiene tan clara en las próximas elecciones, ataca a su contrincante político del partido Demócrata tratándolo de izquierdista y socialista. Como si todos en el mundo, no estuvieran al tanto, que son lo mismo, defienden la economía del capital unos de ultraderecha y otros un poco mas moderados. Al observar el discurso de la convención Republicana de su candidato el Presidente, en una alocución rebuscada, dijo: Su gobierno no es racista y controlará a los anarquistas que están generando los últimos disturbios. Igualmente habló de lo bien que ha combatido su administración la pandemia. Pero viendo la transmisión no había ningún tipo de protocolo en los asistentes, sin distanciamiento y la mayoría sin tapabocas.
Siempre he pensado, pese a todos los problemas que puedan tener los Estados Unidos, este los puede solucionar siempre y cuando sean bien gobernados, es un país desarrollado política y socio-económicamente. Por lo tanto, pueden tomar medidas de ayuda o alivios económicos para sus ciudadanos. No podemos decir nosotros lo mismo, que estamos en vía de desarrollo. Para lo cual, es importante salvar la economía a como dé lugar, aunque se tenga que sacrificar otros aspectos. Durante la pandemia los sectores económicos representados por Fenalco y la ANDI son los que han estado presionando al gobierno. No solo a este, sino a todos por igual, siempre lo han hecho, no es por motivo de la pandemia. Es importante realizar la reactivación económica, dicen, aunque se corra con ciertos riegos. Hacen un primer intento, el anunciado día sin IVA. Parece que la cuarentena que se hizo meses atrás no sirve de nada, se disparan los contagios. Han querido reactivar la economía pero sin dar una solución estructural al problema. La oposición al gobierno, señala a este y los representantes de los empresarios como los culpables por el aumento de los contagios. Sugieren un salario básico para todo ciudadano desempleado. Pero el Ministro de Hacienda dice, eso es imposible, se está cubriendo a los más vulnerables con el ingreso solidario. Y así, van administrando al país sin preguntarle a nadie si lo están haciendo bien, todo lo evalúan con números, a fin de cuentas, eso somos en la cedula, unos dígitos numéricos.
Del manejo que he recibido de la institución pública y privada en este acontecimiento, no tengo reparo, me sentí bien atendido. Es lo mínimo que deben hacer, es una obligación de dichas entidades. Estoy pagando a una Empresa Prestadora de Salud desde el 2001. Época en se estaba reestructurando la salud pública, por una privada. Antes tenía servicio médico libre de pago por parte de la Universidad de Antioquia, lugar donde hice mis estudios. Allí se prestaba dicha asistencia para todos los estudiantes, empleados y egresados. Luego se empezó a exigir la afiliación a una EPS para dichos grupos y más adelante se creó el Sisbén para los que no podían pagar una aseguradora de salud. La Universidad se vio obligada a crear la figura de la IPS Universitaria para atender a los empleados de la institución y casos particulares, sin embargo, ahora se cobra por el servicio. Dicha IPS depende de la ayuda del gobierno municipal, pero la han ido estrangulando financieramente, como si tuvieran la intención de hacerla desaparecer definitivamente. Ignoro de cómo ha sido el cubrimiento de las personas contagiadas que tienen otra EPS diferente a Sura o de los que tienen Sisbén. Espero, la atención sea buena como la mía. Me pregunto qué pasara con los habitantes en situación de calle, quién los estará acompañando y ayudando en esta pandemia.

En la televisión dicen, la Alcaldía tiene puntos de atención para cuidar de la salud de ellos en los lugares donde pernoctan. Pienso en Juan, mi primo. Su nombre me recuerda al Apóstol Juan. Jorge, miembro de la Fraternidad y esposo de Miriam la profesora de astrología. Nos comentó un día en una reunión. Que este Apóstol es el mismo resucitado Lázaro. Además, Juan fue el discípulo más amado por Jesús y el que nunca conoció la muerte. Agrega, Juan, es el mismo Christian Rosenkreutz fundador de la Filosofía Rosacruz a principios del siglo XIII. Aunque cueste creer la historia del Apóstol Juan, estoy convencido de esta. Juan, es el hijo menor del tío Serbulo, es reciclador, se la rebusca, no vive en la calle. Existe una tía que le da comida y resguardo en su casa, pasa mucho tiempo recorriendo las calles de Medellín, pero a veces no aparece en semanas. Cada vez que escucho la canción X Balada de la banda Parlantes, me acuerdo de él. La canción, es un relato sobre un personaje que camina las calles de la 80 por Laureles. Cuando la oigo, se apodera dentro de mí una melancolía y una infinita tristeza. Frase última, que hace parte del título de un álbum de The Smashing Pumpkins. Dicha frase, es parte de un chiste en una caricatura norteamericana, no recuerdo si en Los Simpson o Futurama. Hace mención a un perro que siente lo mismo que yo siento. Cambio Radical, un partido de la coalición de gobierno, lanzó una propuesta para reestructurar el sistema de salud del país. Tiene proyectado acabar con las pequeñas EPS y la prestadora pública de salud y agruparlas todos en grandes aseguradoras como Suramericana, Allianz, Axa, Bolívar, entre otras. Existen 15 aseguradoras de ese tipo en el país, entre sus planes está la salud. Pretenden crear un monopolio empresarial, para atender la salud en todo el territorio, acabar definitivamente con la salud pública y poner a todos a pagar de acuerdo al ingreso mensual de la familia.
Para finalizar, buscar explicaciones sobre lo que nos pasó con el contagio es dar respuestas materialistas al tema. Lo dejamos a la buena suerte y voluntad del creador. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj es Hindú y dirige una comunidad llamada: Ciencia de la Espiritualidad.


Tiene una sede en el barrio Calasanz. Allí, la gente asiste los domingos al mediodía, a escuchar una lectura y a ver la video-charla de él. También se medita por 20 minutos y por último, se brinda un almuerzo vegetariano, como ofrenda para la comunidad asistente. Él dio una gira en Colombia y estuvo en Medellín el 6 de enero de este año en Plaza Mayor. Tuve la oportunidad de asistir a su charla en compañía de Gloria. En una de sus charlas vista en video, parafraseándolo decía lo siguiente: Tratar de dar explicaciones razonables sobre lo que no entendemos es desgastarse, lo mejor es no buscar respuestas, si ya se tiene claro la verdad, así se está en paz interiormente. Añade, es por eso, que Gandhi, el pacifista que liberó a la India de la colonización Inglesa, decía: La Verdad Os Hará Libres. La verdad para él era el amor al prójimo. Agrego aquí, desde que tenemos conciencia de sí mismos, buscamos explicación a las cosas por medio de nuestros aprendizajes. En Kinder, entendemos la diferencia de las letras, vocales y consonantes, construimos las palabras, aprendemos a leer y escribir. En Primaria, asimilamos las sumas, restas, multiplicación y división. En secundaria, nos enteramos de las leyes de la física. En la Universidad estudiamos las integrales, derivadas y ecuaciones diferenciales. Vamos adquiriendo conocimiento a lo largo de nuestras vidas. Aprendí, el conocimiento adquirido a lo largo de nuestra primera etapa adulta, debe ser desaprendido a medida que crecemos. Para darle entrada, a saberes que están velados para la mayoría, las cuales son enseñanzas, que siempre han estado a lo largo de la historia de las diferentes civilizaciones del planeta. Asimilé, todo no se acaba con la muerte. A pesar que las vanidades se acaban y todos terminamos en los cementerios. Empieza una peregrinación espiritual por los reinos invisibles. Donde se reprende por los actos malos hechos en vida y se retribuye con gracia divina los actos buenos. Entrando, en un estado de reflexión de lo sucedido en vida y luego ingresando, a una etapa de reposo que sirve de preparación para un nuevo renacimiento. Llega a mi mente el grupo venezolano La Vida Boheme y su canción compuesta Cementerio del Este / Cementerio del Sur. En el Track 2 dicen esto: Qué útil será el luto cuando se vuelva perenne, ¡unamos el Cementerio del Sur y el Cementerio del Este! / La Cota será un santuario de flores que nos acerquen, ¡unamos el Cementerio del Sur y el Cementerio del Este! Siendo así, en esta Pandemia en Medellín deberían de unir el Cementerio Campos de Paz (del Sur), lugar donde enterraron a mi padre en el 93 y el Cementerio Universal (del norte), sitio en que se cremaron sus huesos en el 97.
Ya me han dado de alta las llamadas de Sura y la Secretaría de Salud han cesado. En ellas siempre pregunto, si van a hacerme una segunda prueba para constatar que ya no tengo el virus. Siempre le dan vueltas al asunto. En una llamada de la Secretaría me entero, la prueba corre económicamente por cuenta mía, vale alrededor de 300.000 pesos. Voy a insistir para que la EPS me haga esa segunda prueba. La última llamada es el domingo 30 de agosto, en la mañana, es de la Secretaría de Salud. Me pregunta una chica sí ya me dieron de alta, le digo, sí, me indaga si tengo síntomas, le respondo, no, me informa que esta es la última llamada por parte de ellos, me despido y cuelgo. Sigo escribiendo. Tengo una inquietud qué pasará cuando esté lista la vacuna. Muchos países ya están en una carrera maratónica para poder sacarla. La Universidad de Antioquia probará una de ellas en la región. Ya se ha ensayado en dos fases anteriores en los Estados Unidos, este tanteo sería el tercero. Solo espero, cuando encuentren la vacuna adecuada esta no se convierta en un negocio de los poderosos, para sacar provecho económico de la misma. Lo sucedido en este mes se puede nombrar como algo extraño, insólito, como unos días raros de agosto. Haciendo mención a una canción del grupo Español Vetusta Morla: Los Días Raros. Un éxito como este no lo lograran de nuevo. La busco por Internet y la escucho en YouTube. Tengo dolor de cabeza, me como una manzana roja con un vaso de agua, el dolor desaparece, estoy bien. Ahora la comida me sabe un poco. Extrañamente, el olor se me pierde a veces, al igual que el sabor. Lo sé porque no puedo percibir el olor del cigarrillo que se fuma la vecina, ni el olor a marihuana de los pelaos del frente. Pareciera que el virus me estuviera castigando por la cantidad de años que fumé piel roja sin filtro y marihuana. Espero algún día recuperar completamente esos sentidos.