Medellín en 100 palabras propuso la ocasión. Comfama, el Metro y el Exploratorio invitaron a tres artistas a construir juntas. Así comenzó un vínculo, una residencia artística entre Laura Guarisco, Maritza Sánchez Hernández y Carolina Calle, que terminó en una exposición física que estará rodando por diferentes lugares y una versión virtual que es esta. ¡Bien pueda entre! Siéntase como en casa.

La instalación parte de las vivencias de Carolina, sus historias, pérdidas y tristezas. Palabras que tenía guardadas desde hace mucho y por fin dejó salir. A partir de ellas, Laura tomó algunas escenas para convertirlas en cómic y otras representaciones gráficas. Maritza, por su parte, escuchó unas conversaciones de Carolina con su madre y con su mejor amiga y entrevistó a su padre con el fin de crear dos radiopostales. Además, recurrió a la construcción de folei doméstico y registró el paisaje sonoro de las calles de la Comuna 14. Por otro lado, gracias a sus habilidades manuales, en el cielo o en el techo de Mudanzas, cuelgan relatos bordados a mano que muestran casa, ventana, puerta, edificio, caja y una frase que contine todos estos símbolos: "El trasteo va por dentro".

Poco después Isabella Soto fue convocada para plasmar en carteles esas palabras no dichas, esos reclamos, esos gritos que Carolina tenía contenidos. Y Sara Zuluaga tradujo buena parte de todas esas emociones en música y compuso el cabezote de las radiopostales.

Todos estos distintos formatos quedaron resguardados en un mueble que parece una casita, un edificio, un buzón gigante, en últimas, un contenedor de historias, pensamientos, emociones, palabras, imágenes y sonidos.

Gracias a las personas que hicieron parte de Mudanzas, este convite creativo, por el granito de arena y el retazo de tela, por darnos la mano y echarle mente, por los pedacitos de corazón y de memoria, por darnos techo y rienda suelta, por el amor que no es cualquier cosa: Isabella Soto Vallejo, Gildardo Alzate, Catalina Restrepo (Q.E.P.D), Edilma Moreno (Q.E.P.D), Amparo Echavarría, María Victoria Vallejo, Alfonso Calle, Federico Calle, Sara Zuluaga, Iván Lau, Alejandro Lau, Álix Camacho, Carlos Mario Jiménez, Camilo Cantor, Vanesa López Lopera, Juan David Restrepo, Alejandro Carmona, María del Carmen Mesa, Luis Alcaraz, Juan Pablo Marulanda, La Bruja Riso, Midori, Coco, Venus, Aurora, Serena, Edipo y Zeus.

¿Qué se queda cuando nos mudamos?

Mudamos de voz y de piel, nos mudamos de barrio o de casa. Las mudanzas implican un tránsito. En Medellín muchas personas tuvieron que salir del apartamento, entregar un local, vender la casa. El turismo les movió el piso, la idea de progreso arrasó con la naturaleza, el comercio puso al alza el arriendo. Habitar el barrio se hizo inviable. Se cambió el uso del suelo y del techo, de las palabras hogar y vecindad. Esta exposición nos habla de lo que no cupo en las cajas de la mudanza: recuerdos, suspiros, gritos, silencios, pesares, desgarres. ¿Qué dejamos? ¿Qué nos llevamos? ¿Qué se perdió? Mucho qué contar. El trasteo también va por dentro.

Esta propuesta nos habla de una tristeza de cuadra, lanza un reclamo a la ciudad que no pone límites, da vueltas sobre el desarraigo, los vínculos rotos, la fragilidad de las relaciones, la añoranza por el calor de comunidad.

Pronunciamientos

Un intento por nombrar las sensaciones que habitan en el cuerpo después de deshabitar un espacio. Un esfuerzo por nombrar lo que da vueltas en la cabeza, en el corazón, en el puño de la mano.

Cartelismo

Palabras no dichas, pensamientos guardados, gritos contenidos, sollozos atragantados, quejas y reclamos, pesadillas olvidadas, frases célebres de una mudanza forzada.

Radiopostales

Radiopostales de barrio cambiante o extinto. Paisaje sonoro de hogar y de cuadra. Colcha de retazos de voces y emociones.

Radiopostal 1. Mudanzas y desalojos: Trasteos que ocurren a la fuerza

Aquí, sensaciones interiores, casi desde las vísceras, que sin embargo se entrelazan con lo público, con las mutaciones de los barrios de una ciudad asfixiada por el turismo voraz, masivo, de artificio. Las mudanzas de Amparo, Carolina, María Victoria y Alfonso no han sido por gusto propio. Alguien, algo, llegó a sacudir sus vidas, les empujó de sus casas a trasteos sin retorno en los que no cupo todo entre las cajas, bolsas y camiones. Irse para siempre implica dejar pedacitos del alma y de la vida en los intersticios de hogares convertidos a las malas en hoteles de paso, en contenedores de ladrillo que alojan formas nómadas de vida y de turismo colindantes con la explotación, la destrucción y el borramiento. Sin gracia, sin gloria, esas formas fugaces de habitar la ciudad, desintegran vecindarios. Lo temporal apaga los colores cálidos del hogar para saturarlo todo con bits full hd como de utilería.

Radiopostal 2. Mudanzas y nostalgias: Trasteos que van por dentro

En una reseña estéril, robótica, de alguna plataforma digital de alquiler con sede en San Francisco no caben todas las matas que tuvo que dejar Amparo en el que fue su hogar por tantos años. Se mudó por la fuerza y para siempre. En los avisos de “se vende” y “nos trasladamos” se entreven muchas vidas y sentires: la memoria y el enojo de Carolina; las luchas y desvelos de Alfonso y María Victoria; los recuerdos que no quiso guardar Catalina; tantas capas y texturas nostálgicas de vecinas, vecinos, el portero y una administradora, que se fueron fragmentando y alejando; pájaros y ardillas que se extinguieron o se mudaron cuando el vecindario se volvió un fantasma.

Cómics

Paisajes del antes y del después, de la causa y la consecuencia. Diálogos y escenas que provocaron una salida.

Vecindad