En 2016, Laura Milena quedó enamorada de los malabares y comenzó a practicarlo empíricamente. Las artes circenses se convirtieron en su profesión, estilo de vida y amor incondicional.
Posteriormente, viajó a Cali, ciudad en la que vivió seis meses y aprendió acerca de muchas técnicas. Para ella, el circo todo lo cura, el circo es vida y el circo es su vida. Cuando regresó a Medellín accedió a una técnica en ejecución de artes circenses y conoció a Ácrora Circo Teatro, quienes aportaron mucho en su proceso de formación.
Actualmente trabaja independiente con circo callejero, semáforos, ruedos en plaza, eventos escolares y empresariales. Es estudiante de maquillaje, zancos y monociclo y se identifica como una artista circense en constante aprendizaje.
Para ella, el circo es una revelación, un vínculo con lo desconocido que le permite ir más allá de una realidad.