Violeta y Daniela Vivas tienen la capacidad de asombrarnos: crean, proponen, luchan y llenan de confianza a su comunidad. Todo por medio del arte.
Al igual que el de su región, su pasado fue difícil. Cuando eran niñas tuvieron que desplazarse hasta Sincelejo para escapar de la violencia y el terror, pero con el tiempo regresaron a Chigorodó, un lugar de encuentro y mestizaje donde se unen las culturas caribe, chocoana y antioqueña.


Desde muy jóvenes escogieron el camino de la creatividad. El teatro, el bullerengue, la pintura corporal y la joyería tejida han sido sus herramientas de expresión. Con ellas realizan acciones que ponen a la comunidad a participar, repensar y conversar.







Para ellas ha sido complicado llegar hasta donde están ahora. Recuerdan muy bien las burlas de sus vecinos en el pueblo cuando empezaron a llevar pañuelos en sus cabezas como lo hacen las cantadoras de bullegengue, pero decidieron seguir caminando y luchando todos los días para defender sus sentimientos y mostrar una nueva manera de comunicarse con los demás.




Hoy existe Malaika Curiosidades del Alma, el emprendimiento de Violeta. Desde allí teje historias para vestir el alma, sanar, coger fuerzas y transformar un territorio como Urabá.





