En su cotidianidad, Tania Franco juega partidos de microfútbol, es hincha del Deportivo Independiente Medellín y se describe como gasolinera, pues le encanta salir a rutear en moto por el pueblo y otros sitios cercanos. Disfruta parchando en el río con sus amigas, hace trabajos de peluquería en su casa y a domicilio, vive con su madre y recorre las calles de Santa Fe de Antioquia mientras saluda a alguien en cada esquina.
Pero su verdadera labor es la lucha por el respeto a la diferencia. Tania ha logrado que reconozcan y respeten la diversidad sexual y las identidades de género en un municipio conservador y turístico: Santa Fe de Antioquia. Su activismo ha abierto espacios para enseñar y capacitar a la gente sobre derechos, rutas de protección, garantía y respeto por la diversidad. Su mensaje lo ha llevado a asilos, escuelas, cárcel y muchos otros lugares de encuentro y participación social.



Comenzó en el activismo cuando la invitaron a un proceso de creación de políticas públicas LGBTI en Circasia, Quindío. Al principio no tenía muy claro qué iba a hacer pero rápidamente empezó a generar lazos con un grupo de mujeres transgénero que la inspiraron y la apoyaron para llevar a Sana Fe acciones de transformación por la equidad y los derechos de la población LGBTI.
A ella se sumaron catorce jóvenes y esto dio paso al nacimiento de la Corporación Santa Fe Diversa, un referente de inclusión en el occidente de Antioquia. Desde 2014 obtuvieron el permiso de colgar la bandera LGBTI en la fachada del edificio de la administración municipal, y lo repiten cada año en el marco del Festival de Diversidad Sexual.
Con la corporación se preparan para participar en el Festival Antioquia Diversa, y en especial para ser la sede de la primera edición del Encuentro de Organizaciones Sociales LGBTI de Antioquia. Tania define a su pueblo como pacato y religioso pero, en medio de todo, respetuoso por la diferencia. Dice que allí vive feliz. Le alegra pensar que, sin ser consciente, ha contribuido a la inclusión y al respeto.

