Gonzalo Suárez nació y se crio en Envigado, Antioquia. Ha pasado sus días en una casa campestre ubicada entre edificios mastodontes y árboles que susurran magia. Hoy es el único hombre en una casa con tres hermanas y un perro. Cada fin de semana es visitado por su hermano mayor y su sobrina.


Cuenta que nació pesebrista. Desde pequeño se interesó en organizar ese espacio especial en la sala de su casa. Cada navidad se iba con sus hermanos y hermanas para el bosque a recoger musgo y las demás cosas que le darían el toque especial a su pesebre.


Su técnica ha mejorado con los años y los pesebres se convirtieron en el amor de su vida. No puede dedicarles todo su tiempo porque labora en una empresa de químicos, pero cada diciembre, sin falta, Gonzalo es el encargado de armar no solo el pesebre de su casa, sino también el de su trabajo, el del Museo El Castillo y el de algunos centros comerciales del valle de Aburrá.
En 2002 se convirtió en uno de los integrantes de la Asociación de Pesebristas de Antioquia, un grupo conformado por pesebristas de todos los rincones del departamento. Allí conoció muchas otras técnicas que le permitieron perfeccionar su afición y hoy es uno de los más reconocidos en su gremio.
Gonzalo basa sus pesebres en la niñez de Jesús y recrea desde el nacimiento hasta que se presenta a los doctores. Pero su trabajo va mucho más allá de solo imaginar escenas: hay que tallar madera, pulir trazos, pintar, armar locaciones, elaborar pequeños complementos y, por último, ensamblar cada pieza de manera meticulosa para que todo quede perfecto y el paisaje se vea como si estuviera vivo y, de ese modo, sea el epicentro de la novena.





Gonzalo también es coleccionista de novenas. Tiene librillos de 1929 repartidos en ese entonces por la Arquidiócesis de Medellín. Además ha viajado por muchos lugares llevando su conocimiento a otras personas que también se apasionan por el pesebrismo. Sueña con que su oficio perdure. Para él, más que una tradición navideña, el pesebre representa el momento del año en que las familias se reúnen de nuevo.


Muchas han sido las piezas que han pasado por sus manos, pero Gonzalo siempre recordará con mucho cariño su primer pesebre, hecho con musgo del bosque y personajes de plástico. Su gran aspiración hoy en día es llevar la magia del pesebre a cada hogar no solo de Antioquia, sino también de Colombia y el mundo.



