El Doce de octubre es un referente entre los barrios tradicionales de Medellín. A veces, por asuntos de seguridad, otras, por la fortaleza de sus habitantes que desde los inicios lograron ganarle el pulso a la montaña. El caso es que allí vive Federico Aguirre, "el Fede", quien hace del barrio entero su casa.
Pero no siempre ha sido así. Hace años viajó a Panamá con su mamá, quien vendía comida en as calles, y allá aprendió las dificultades del inmigrante; muchas veces fueron perseguidos por la policía, discriminados y humillados, pero eso también le permitió conocer el espíritu humano y descubrir que todo lo puede.




De regreso en Colombia, Federico empezó a estudiar Ingeniería de Sonido, aunque no pudo terminar. Luego se le cruzó la oportunidad de estudiar Comunicación y Lenguajes Audiovisuales en la Universidad de Medellín, y de ese modo se apasionó por la producción audiovisual y empezó a hacer trabajos de edición de video para ayudar a pagarse la carrera.


Un pequeño espacio en la casa de su abuela, que él y sus amigos llamaron La Baty, fue el laboratorio para los incipientes experimentos con imagen. Primero, con encargos de clientes, y después con grupos musicales del barrio a los que Federico dio una voz, una imagen y una identidad por medio de videos. Al poco tiempo empezó a ser reconocido y a ganarse un lugar en la escena local.




Ahora La Baty ya no está en la casa de la abuela, sino que es un estudio independiente: La Baty Films, con el que Federico busca trascender para seguir apoyando a creadores. Quiere que su trabajo enaltezca y rescate lo mejor de su entorno, de su gente y de su barrio: ese es el propósito en su productora de videos.










