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Por ROBERT E. MUELLER

Arte por computador

Robert E. Mueller, artista e investigador en el campo de la electrónica, cuestiona el valor real del arte visual logrado por computador, arte que se viene desarrollando últimamente en el medio artístico moderno. Marzo 20, 1983.

Este artículo se publicó en el espectador entre el 1983 y 1999. Ahora lo retomamos en el marco de la exposición el Magazín que fue realizada en alianza entre Comfama y Confiar y Universo Centro.

Arte por computador
Arte por computador

El arte es algo engañoso. Todo el mundo reconoce distintas clases de objetos que cataloga como arte. En las artes visuales, aquello que para la gran mayoría es arte, generalmente se limita a cuadros enmarcados que cuelgan en las paredes. Obviamente esto incluye una variedad muy amplia de imágenes pictóricas, desde cuadros de flores y paisajes hasta imágenes abstractas y diseños llenos de colorido.

Para comenzar, digamos que muchos críticos de arte sienten que ya no existe una auténtica vanguardia. Tomemos como ejemplo el caso de Hilton Kramer, quien recientemente se retiró como crítico del “New York Times”, periódico que siempre ha fijado los parámetros culturales. En su Canción del cisne Kramer sugirió que nuestro voraz apetito por las innovaciones, nuestra prontitud para aceptar lo arcano, lo atroz y lo poco familiar, ha matado la idea misma de vanguardia Sin tener en cuenta lo escandalosa o lo banal que puede ser la forma artística, las poderosas galerías, los museos y los coleccionistas acogen cualquier cosa que esté a su alcance, compitiendo por el honor de descubrir algo nuevo en el arte. Y para empeorar las cosas, las agencias del gobierno, los negocios y las fundaciones privadas están dispuestas a respaldarlos con cuanto dinero sea necesario.

Los críticos y los artistas interesados han estado observando con horror la sucesión de modas artísticas durante los últimos 50 años. Desapareció el realismo, surgió el expresionismo y nació el cubismo. Emergió el abstraccionismo y el arte no objetivo tuvo su auge seguido por una corriente de novedades y fantasías, incluyendo el arte pop, el miniaturismo y la pintura de campo, sólo para retornar recientemente al realismo.

Debemos concluir entonces, que cualquier cosa vale en el arte moderno, porque la norma parece ser la carencia de normas. Y si los grandes críticos y estetas están confundidos, ¿qué pasa con el resto de nosotros? ¿Debemos hacernos la misma pregunta que se hicieron Aristóteles, Tolstoi, Kant, Susanne Langer: qué es el arte después de todo?

No todo lo visual es arte

Pocas veces se cuestiona la validez del arte por computador como arte. Se asume que por ser visual necesariamente debe ser arte. Este punto de vista no sólo es ingenuo; se trata además de un pensamiento mal elaborado. En él, la palabra arte está tomada según la definición más elemental del diccionario, como “una habilidad adquirida a través de experiencia, estudio y observación”.

Esta definición olvida el uso consciente de la imaginación creadora del hombre en la fabricación de valiosos objetos estéticos humanos, y en ningún momento toma al arte como poseedor de una larga historia y tradición.

Quiero sugerir que el entrenamiento artístico tradicional tiene algo que enseñarnos a los artistas del computador. Mis razones probablemente son egoístas: soy un artista visual con un revestido interés en los viejos medios de comunicación. Pinto al óleo (abstracto y expresionista), hago tallas y dibujos en madera al estilo tradicional, y ocasionalmente esculpo en madera y hago cerámica. Pero también he teorizado durante muchos años sobre los medios de comunicación electrónicos. He tratado de aplicar mi formación científica y mi entrenamiento en filosofía y en estética a este problema.

Asumamos que debemos crear imágenes al menos tan buenas, tan interesantes, como las mejores en el arte del mundo ajeno al computador. ¿Cómo lograr esto? Mi respuesta es que debemos aplicar los mismos criterios que utilizan los artistas al pasar su obra a los productos hechos por el computador, sin importar el medio.

Debemos primero y ante todo, ser críticos. No debemos aceptar algo que el ojo en su ingenuidad toma como divertido, excitante, bizarro o hermoso. El ojo, todos lo sabemos, puede ser engañado fácilmente y ser testigo de ilusiones ópticas.

También la mente puede ser engañada fácilmente, particularmente cuando se trata de aquello llamado "hermoso". La gente, especialmente los niños y los jóvenes, las mujeres bellas, y algunas veces los hombres, son hermosos; los atardeceres son hermosos; las flores, la naturaleza, los paisajes, el mar y las nubes son hermosos. Pero, ¿son sus imágenes automáticamente artísticas?

Sufrimos de aquello que el filósofo William Barret llama la “ilusión de la técnica”. Es fácil dejarse llevar por la técnica, porque puede ser muy divertida y muy fácil. Especialmente si uno tiene un poderoso aparato técnico como un computador o una máquina holográfica, o una de rayos láser para jugar. Estas máquinas son, en y por sí mismas, enteramente automáticas, tienen una cualidad autónoma, la cual, al ser visualizada, causa gran asombro.

Debemos, por lo tanto, ser altamente críticos sobre aquello que llamamos arte, cuando este proviene de un computador, especialmente si lo anunciamos como "bellas artes". De otra forma, el mundo culturizado, con conocimientos de arte, pensará, y con razón, que nos estamos engañando.

El arte es mucho más que la simple diversión de reunir imágenes en un monitor a color y extasiarse con los sorprendentes resultados. No se trata del simple juego armónico de un caleidoscopio digitalizado. Hacer efectos visuales atractivos por medio del computador es algo extremadamente fácil, ya que todo es cuestión de agregar color a la ecuación para obtener el más fascinante espectáculo sicodélico. Y entre más grande el computador, mejor el show.

Pero no me interpreten mal. No estoy diciendo que la gráfica obtenida por computador no puede ser arte. Sin embargo, quiero ser claro en que la mayoría del trabajo gráfico electrónico es bastante aburrido para un ojo entrenado en identificar imágenes visuales de interés. Más aún, estoy reclamando que se tenga especial cuidado al llamar "arte" al arte gráfico por computador, pues hay una vasta producción visual que es simple reproducción de diseño gráfico, que con toda su originalidad e interés, no puede ser elevado como arte. El diseño, a diferencia del arte, se basa en la creación del orden dentro del orden; regularidades que engendran simetrías; elegantes proporciones provenientes de los cuadrados mágicos, el equilibrio perfecto y otras transformaciones naturales.

No podemos dejarnos embriagar por la nueva y cautivante tecnología científica, creyendo que se trata de arte por el solo hecho de que sobrepasa nuestro analfabetismo artístico y visual. ¿Por qué un dibujo hecho a lápiz, el medio humano más elemental, puede llegar a convertirse en arte?

Traducido de “Creative Computing”.