Si bien las primeras pinceladas de cine animado surgieron a principios del siglo XX, solo fue hasta 1937 que una película animada capturó la atención la Academia: el estreno, en 1937, de Blancanieves y los siete enanos, de Walt Disney, supuso un Óscar honorífico para una producción que tuvo un gran éxito entre el público y proponía grandes innovaciones en el campo de la animación.
Y es que, con la historia de los Óscar escribiéndose desde 1929, cuando fueron creados, la animación tuvo que recorrer un camino lento antes de recibir el reconocimiento que tiene actualmente. Después de aquel premio a Disney, las películas animadas figuraron solo en categorías técnicas. Quizá merezca una mención aparte el premio especial que recibió en 1989 la película Quién engañó a Roger Rabbit. Los jurados decidieron premiarla por la innovación que representaba la combinación de personajes reales y dibujos animados.
Dos años después, en 1991, La bella y la bestia, producida también en los estudios de Walt Disney, obtuvo una nominación a Mejor película. Era la primera vez que una película animada estaba en esta posición y fue tal vez este el momento en que comenzó a tomar forma la idea de una categoría que premiara a la Mejor película animada. Además, por aquellos años surgieron producciones animadas de gran trascendencia entre el público, como Aladino (1992), El Rey León (1994), Pocahontas (1995) y Toy Story (1995). Esta última recibió también un premio especial de La Academia por ser el primer largometraje animado por computador.

Pero fue el siglo XXI el que dio su lugar a la animación en Hollywood. En 2001 La Academia introdujo oficialmente la categoría Mejor película animada, demostrando que esta industria ya daba grandes pasos y debía estar en una posición más privilegiada. En ese primer año la película galardonada fue Shrek, producida en los estudios de DreamWorks y reconocida de manera unánime por la crítica y el público como una gran creación.
Desde ese momento, esta categoría ha estado dominada, principalmente, por grandes estudios como Disney, DreamWorks y Pixar, que se adjudicó los galardones máximos por películas como Buscando a Nemo (2003), Los increíbles (2004), Up (2009) y Soul (2020). No obstante, estudios independientes o que están por fuera de ese circuito tradicional también han obtenido la distinción absoluta: películas como El viaje de Chihiro (2001), de Studio Ghibli; Isla de perros (2018), de Wes Anderson; Pinocho (2022), de Guillermo del Toro; y El niño y la garza (2023), de Studio Ghibli, han sido también reconocidas por La Academia.
La ganadora del Óscar (Flow) y una nominada en el Festival de Animación Comfama
La segunda edición del Festival de Animación Comfama, que celebraremos en El Retiro, Antioquia, entre el 6 y el 9 de marzo, será una oportunidad para ver grandes producciones de la actualidad, entre las que se destacan la Mejor película animada de los Óscar y una de las nominadas: hablamos de Flow (Letonia), dirigida por Gints Zilbalodis, y Memorias de un caracol (Australia), dirigida por Adam Elliot.
Flow será exhibida el viernes 7 de marzo, a las 7:00 p. m. en el parque principal de El Retiro, como apertura del festival. Memorias de un caracol se presentará el sábado 8 de marzo, a las 6:00 p. m. en el Teatro Municipal Lázaro Villa Cadavid.
Te invitamos a ver los tráileres de estas películas, para que te motives a verlas en los bellos escenarios de El Retiro, junto con otras producciones animadas que vale la pena ver, en medio de actividades culturales diversas, diseñadas para toda la familia.