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Una alianza que se escucha en todo Antioquia

La armonía de 7 años entre Filarmed y Comfama

La alianza entre Filarmed y Comfama cumple 7 años, en los cuales ha transformado la vida de más de 4,4 millones de personas en Antioquia a través de la música sinfónica, la educación artística y la dinamización cultural en comunidades.

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La armonía de 7 años entre Filarmed y Comfama

Hace siete años, dos fuerzas que parecían moverse en universos distintos —una orquesta sinfónica con casi medio siglo de resonancia y una caja de compensación sintónica con los sueños de las familias antioqueñas— decidieron combinar sus silencios y compases. Desde entonces, cada nota que se alza de los atriles de Filarmed encuentra eco en los programas comunitarios de Comfama, y esa vibración compartida se ha convertido en una corriente vital que fluye por ríos, montañas y calles de Antioquia.

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Una sinfonía que abraza comunidades 

El pacto musical llegó a 23 municipios, tejiendo puentes entre Urabá y el Oriente, y entre el Norte agreste y el Valle de Aburrá. Allí donde la geografía imponía barreras, un violín se volvió puerta; un chelo, oásis. Más de 4,4 millones de personas —es decir, la cuarta parte del latido entero de la región— han sentido el temblor suave de los metales de los instrumentos en iglesias, parques, teatros y sedes barriales. La música dejó de ser huésped ocasional para convertirse en vecina permanente.

Educación que sigue el ritmo de los niños 

Bajo los programas Inspiración Comfama y Jornadas Escolares Complementarias, 48.000 niñas, niños y jóvenes han encontrado en la orquesta un espejo donde cabe su propia voz. Filarmed les ofreció una formación musical inicial y así, les abrió los oídos, mentes y corazones al mundo. 

Cada arco que se desliza enseña disciplina y escucha; cada partitura compartida ensaya la corresponsabilidad que sostiene a cualquier familia. Nueve de cada diez madres y padres aseguran que este aprendizaje es ya parte esencial de la educación de sus hijos, una invitación cotidiana a mirar más allá de la esquina de siempre.

El poder orquestal en el mundo del trabajo 

La alianza entendió que la sinfonía también puede ser aula: 1.080 personas exploraron en talleres empresariales cómo el timbre de un fagot enseña liderazgo, cómo la respiración conjunta de una cuerda pule la confianza, cómo una simple escala ascendente puede inspirar pensamiento creativo y resolución de conflictos. Entre las butacas y los escritorios, la música se volvió metáfora palpable de cooperación. 

Ecos que sostienen dignidad y economía 

Cuando la pandemia amenazó con apagar los micrófonos de la cultura, la alianza protegió 232 empleos directos y, a la fecha, ha cuidado 729 puestos de trabajo y dinamizado 60 empresas del sector creativo. Son olivares para quienes cultivan arte; raíces que impiden que los sueños de cientos de instrumentistas, luthiers, gestores y técnicos se marchiten. Con más de 23.000 millones de pesos de impacto económico, cada peso invertido se multiplica en dignidad, alimento y esperanza. 

Un pentagrama sin fronteras de género 

Ensamblar el rock de No Te Va Gustar, la cadencia tropical de Los Hispanos o la voz poliédrica de Lido Pimienta con una orquesta sinfónica ha demostrado que las etiquetas se rompen cuando el propósito es común: emocionar al público e insinuar futuros posibles. Cada concierto al aire libre es una fiesta donde lo “clásico” y lo “popular” se dan permiso para bailar juntos, borrando divisiones generacionales y de clase.

"El concierto de música tropical en los parques de Comfama es una experiencia única, donde la Filarmónica fusiona lo clásico con lo popular. El ambiente al aire libre y la energía de la música crean una atmósfera vibrante, conectando a la comunidad y celebrando la cultura local". - Antonio Jaramillo, asistente.

El resultado de estos siete años no se mide solo en cifras, aunque las cifras importen. Se mide en la mirada asombrada de un niño que agarra su primer arco, en la madre que descubre que la viola también puede ser cuidadora, en la empresaria que comprende que la afinación colectiva es estrategia, en la calle que, por una noche, se convierte en auditorio. 

Así, Filarmed y Comfama continúan afinando la partitura de una Antioquia que canta con más voces de las que tenía y que, gracias a esta alianza, sabe que la música puede ser un derecho compartido, un abrazo sin fecha de caducidad y un instrumento de transformación social capaz de acompañar —con la misma ternura— el cotidiano de cada familia y la promesa de toda una región.

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