Los campos verdes que adornan a San Antonio de Prado empezaron a nublarse con edificaciones que asentaban nuevos habitantes en la zona y, a su vez, formaban urbanizaciones que creaban una silueta de sombra sobre los frescos cultivos de tomate, frijol, habichuela y las ajiceras que resaltaban en sus praderas agrícolas.
¿Cómo promover que los nuevos pobladores a vivir la tradición y la esencia de la ruralidad? Desde hace 23 años, el periódico Ciudad Rural trabaja por escuchar a las comunidades, participando en asambleas campesinas, encuentros juveniles y de mujeres, para promover la defensa de la ruralidad.
De a quinientos y mil pesos; así iniciaron los ahorros de Jhon Jairo Villegas, Gloria Montoya, Antonio Betancourt, Olga Lucia Yépez, José Fernando Betancourt, fundadores del periódico, con los que soñaban con contar lo que sucedía en su comunidad y fue así como dieron los primeros pasos de esta construcción escrita: “Fue muy gratificante cuando nos dijimos que íbamos a sacar el periódico así no tuviéramos ganancias significativas y por fortuna, con lo que recogimos con la publicidad y en la alcancía cada 8 días, logramos publicar el primer periódico”, explica José Fernando Betancourt, uno de los fundadores del periódico.
¿Cómo escribir de la ruralidad en la ciudad?
Para este grupo de personas, la respuesta estaba acercándose a sus propias historias y haciendo visibles sus luchas, fortalezas y retos. Por eso, para el 2004 nace la Corporación Ciudad Rural Ecológica y Cultural que iba a acompañar su construcción escrita en procesos sociales y culturales como medio de comunicación que está cerca de las comunidades y su quehacer. Así, su trabajo sería competitivo e iniciarían a visibilizar aún más estos 5 corregimientos que, según sus integrantes, otros medios locales y nacionales no narraban a profundidad.
Después de un tiempo, empezaron a participar en convocatorias como: proyectos de la Secretaría de Cultura Ciudadana, Secretaria de Comunicaciones y Ministerio de Cultura como Manejo Integral de Residuos Sólidos, Memoria Histórica para el Plan de Desarrollo Cultural y, además, con sus procesos ganaron uno de Organización Juvenil y, también, realizaron una exposición fotográfica de los barrios y veredas en los 100 años de San Antonio de Prado. Estos procesos son orgullo y palmadas de aliento para seguir adelante. Con sus historias, han logrado impactar a las comunidades dónde han conocido sus problemáticas y narrado ante diferentes entes, alcanzando que se cumplan con los proyectos de entes públicos como: instalar una biblioteca que no tenían. Desde sus narraciones, visibilizar estas situaciones y hoy, regresan a esas veredas y lo ven reflejado.
¿Cómo lograron que sus ideales impactarán en la ciudad? Uno de sus logros, como lo narra Fernando, ha sido el acompañamiento y la muestra de todos los procesos sociales que desarrollan campesinos, mujeres y jóvenes, hasta llegar a lograr la publicación de 5 libros de San Cristóbal, San Antonio de Prado y diferentes temas del corregimientos, memoria cultural y memoria oral; pero a su vez, elevaron un eco de su defensa por la ruralidad en la ciudad:
“Cuando empezó el periódico hace 23 años, sacamos el nuevo mapa de Medellín con sus 5 corregimientos. Notamos que a las personas les vendían el mapa de la ciudad solamente reflejando las comunas, pero los corregimientos era como si fueran municipios. No estaban en el mapa. Nosotros empezamos a hacer visible esa realidad, sacamos un mapa de todos los corregimientos con diferentes colores, ahí iniciaron a hablar sobre como Medellín era ciudad y campo a la vez. Con esto, las ONG empezaron a debatir, a hablar de la ruralidad, a influir en los PBOT, a formar redes campesinas y de mujeres. Salieron asambleas, encuentros y conversaciones del tema”, dice.
Con el tiempo, la voz se expandió y en los corregimientos crearon medios de comunicación escritos y digitales. Elevar este mensaje es uno de los logros más importantes para Ciudad Rural.
Más allá de informar
La veeduría ante los diferentes entes sobre el cumplimento de las necesidades de su gente, es una de las características de su labor y reunirse con jóvenes, mujeres, campesinos, líderes y movimientos sociales ha ampliado su mirada: “Cuando uno tiene una agenda informativa, piensa: ¿cuál es el plan de desarrollo que nos ofrecen? Y ahí empezamos a mirar esas líneas estratégicas y trabajamos por difundirlo desde la construcción que hacen las organizaciones a través de los procesos que tienen establecidos y, también, hacemos parte de los proyectos que se desarrollan desde estas mismas organizaciones”.
¿Cómo lo hacen? El periódico Ciudad Rural, en las reuniones con su comité editorial analiza: ¿Que está pasando en el corregimiento?, ¿Qué necesita difundirse y cuestionarse?, ¿Qué proyectos necesitan? Y es así, como han construido desde 1999 sus programas con ediciones mensuales, excepto los últimos 3 años que contaron dos ediciones. Ahora salen una vez por año.
Una voz que los alienta
A raíz de la contingencia del COVID-19, presenciaron uno de sus más grandes retos: no podían repartir su periódico por los corregimientos y esto, retrasaba su edición mensual; con el paso del tiempo, las convocatorias a proyectos con medios comunitarios y el apoyo a estos, disminuyó progresivamente, en algunas, les exigían tener cierto número de ediciones, fortaleza en redes sociales y demás requisitos, impidiendo su participación.
Sin embargo, ellos pasaron ese obstáculo a una oportunidad. Desde las herramientas tecnológicas que son un reto para incursionar fuertemente en ella, Ciudad Rural inició a registrar lo que estaba pasando desde plataformas como Facebook y lograron una fidelización de su público, las personas ven información incluso de otras fuentes, pero hablan con ellos para verificarla y esperan la salida del periódico, manifestándoles frases que los alientan: ¿ustedes cuándo van publicar esto en el periódico?, ¿cuándo sale el periódico para leerlo?
Un tejido para los nuevos pobladores
Ahora, Ciudad Rural recuerda sus retos como impulsos para el futuro de su medio y al mirar todo lo que ha ocurrido en estos años, reflexionar cómo ha valido la pena este sueño: “Hemos visto que el proceso de movilización social promovido por Ciudad Rural para defender la ruralidad, apoyar ese debate para que los procesos urbanísticos no vayan a acabar con esa cultura agrícola y campesina, tuvo eco: se puso a la ciudad a hablar de la ruralidad que antes no se hablaba con tantos argumentos desde los medios. Ahora, hay más dialogo para seguir con esta lucha”, dice.
El periódico Ciudad Rural se proyecta a tener una difusión masiva y periódica, construir la historia diariamente y lograr su rentabilidad y sostenibilidad, pero ¿A dónde quiere llegar Ciudad Rural con su lucha? Hasta dejar su voz en eco para los nuevos habitantes de estas ruralidades: “Seguimos defendiendo desde el periódico que hay que seguir conservando esa ruralidad, defendiéndola ante la mala planeación y así, si vienen nuevos pobladores se integren a esa comunidad rural, vivan esa ruralidad y lograr que los procesos urbanísticos que llegan sean planificados”, argumenta.