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Una organización de tribus, además de equipos

Una organización de tribus, además de equipos
Una organización de tribus, además de equipos

Por: Geviller Marín Pulgarín, responsable Expedición Cultura.

Claudia Duque es parte del equipo de Portafolio en Comfama, encargado de proponer soluciones a la medida para las empresas. Es, además, una enamorada del buceo y fue una de las entusiastas de incluir en la oferta de nuestra agencia de viajes planes para que nuestros afiliados y afiliadas puedan acercarse a este deporte y compartir la misma sensación que ella vive cada vez que realiza una inmersión.  

Claudia es también parte de la Tribu de Culturas Regenerativas, una comunidad de trabajadores de Comfama que se reúnen periódicamente con la excusa de conversar sobre un interés común: nuestras formas de relacionamiento con el entorno natural y humano del cual somos corresponsables. 

La tribu ha sido el espacio para acercamos a experiencias de agricultura regenerativa, para reconocer la biodiversidad presente en los bosques urbanos, para explorar maneras en que el arte y la naturaleza se cohesionan y también para hablar de la pasión de Claudia por el océano.  

Ella fue la promotora de varios encuentros en los que descubrimos la importancia de los corales para la vida en el planeta, no solo desde la conversación, sino desde el reconocimiento de iniciativas como la Agenda del Mar o la visita a escenarios de ciudad que nos acercan al tema, como el acuario del Parque Explora. Hoy Claudia es también parte de un equipo reducido de personas que tiene la misión de seguir proponiendo temas para una segunda generación de la Tribu de Culturas Regenerativas. 

Esta es solo una de las muchas comunidades que existen al interior de Comfama integradas por colaboradores de diversos equipos, quienes, independiente de sus roles, se encuentran alrededor de la palabra para poner en común sus pasiones e intereses y generar vínculos que, sin duda, fortalecen los laborales, pero también los transcienden. A estas comunidades damos el nombre de tribus. 

Hace algunos años era común oír hablar de tribus urbanas para referirse a las formas en las que fundamentalmente las juventudes expresaban su identidad compartida en ideas, prácticas, expresiones, estéticas, sonidos, formas de ser y habitar el espacio público, agrupándolos con etiquetas como emos, punkeros, frikis, entre muchas otras, que les ponen en una posición de exotización similar a las de los pueblos indígenas. 

De este concepto propuesto por el sociólogo francés Michel Maffesolí (aunque ya ha sido varias veces reevaluado) vale la pena rescatar la referencia al sentido ritual de unirnos alrededor de visiones del mundo afines y el propósito de reivindicar nuestra condición de animales gregarios. Sin embargo, esta necesidad de juntarnos no es exclusiva de la juventud ni de lo que ocurre en el espacio público de las ciudades. Es una práctica que replicamos a lo largo y ancho de nuestras vidas como una manera de tejer alianzas y redes de apoyo, para emprender tareas y proyectos o sencillamente para sentirnos protegidos y escuchados y para construir bienestar en compañía de otros. 

En las empresas este proceso ocurre con frecuencia de manera orgánica, pero en Comfama es además un ejercicio intencionado, que responde a nuestro deseo de comprender nuestro papel en la promoción de hábitos al interior de nuestra comunidad de idealistas y públicos y encontrar caminos para cultivar una vida sana y equilibrada.  

En una caracterización de hábitos organizacionales realizada en el 2021, entre 12 aspectos analizados, el hábito de conversar y compartir con la tribu fue ubicado como el de mayor frecuencia y mayor apropiación entre nuestro talento humano. Esto se conecta con el deseo permanente como organización de promover espacios de diálogo para el intercambio de ideas y visiones que enriquezcan nuestra vida y nuestras conversaciones, en la medida en la que nos vinculan desde la confianza y solidaridad, y nos permiten ser más conscientes del valor de la diversidad.  

Como lo declara el equipo de Hábitos y Ciencias del Comportamiento, cuando existen intereses comunes, preocupaciones afines, búsquedas compartidas, suele con más facilidad emerger una conversación enriquecida que permite el gozo intelectual. Compartir pasiones, miradas del mundo, sed de “saber algo más”, favorece esa sensación de ser parte de algo. De esta visión tomamos como una buena práctica el promover intervenciones basadas en pequeños escenarios de conversación, clubes y comunidades que denominamos tribus. 

 ¿Cómo surgen y cómo funcionan estas tribus al interior de Comfama? 

Las tribus pueden emerger por razones diversas. En ocasiones se configuran a partir de células de trabajo o causas organizacionales asociadas a proyectos o temas concretos. Otras veces, responden a la necesidad sentida de construir sintonía y generar espacios para el aprendizaje y desarrollo frente a temas o prácticas que son transversales a varios equipos. Y, ocasionalmente, también las tribus se enmarcan en programas en los cuáles el mismo talento humano de Comfama se entiende como beneficiario,donde la organización como tal representa un laboratorio para explorar metodologías que enriquezcan nuestro portafolio de cara a las personas afiliadas. 

En muchos casos, estas formas se entrecruzan, pero, particularmente en el último escenario se inscriben las tribus lideradas desde el programa Expedición Cultura. Uno de nuestros programas de Innovación Educativa y Cultural en el que entendemos las artes, los contenidos y las conversaciones como escenarios para fortalecer y potenciar competencias psicosociales transversales para la vida productiva y el desarrollo humano, y proponemosexperiencias culturales como recorridos, laboratorios escénicos, talleres de creación, entre otros, que agrupamos en rutas de aprendizaje. Algunas de estas rutas son entendidas como comunidades de interés al interior de Comfama. 

Actualmente acompañamos una tribu enfocada en literatura y patrimonio que denominamos la Pesquisa Literaria, estamos por abrir una segunda generación de la tribu sobre culturas regenerativas y estamos diseñando una tribu más para promover nuestra conexión con las comunidades y reconocer las particularidades de cada uno de los territorios donde tenemos presencia con sedes u oferta. También desarrollamos por más de un año una tribu denominada Audiencias Audaces, en la que reflexionamos sobre el proceso electoral que recientemente concluyó los retos de nuestra democracia y nuestro rol como ciudadanos para la construcción de paz y confianza. 

Cada una de estas tribus tiene numerosas particularidades metodológicas, pero la experiencia nos ha permitido construir unas claves de trabajo replicables para favorecer tanto la pertinencia como la continuidad del proceso: 

  • Una convocatoria abierta a todas aquellas personas de la organización que se identifiquen con los temas y enfoques. 

  • Una persona que se encargue de liderar encuentros semanales o quincenales de 1 o 2 horas, en los que, a modo de tertulias, se desarrolle una agenda de tópicos asociados y estimulantes. 

  • Un comité asesor conformado por 3 a 5 personas de la misma organización que, por sus roles, puedan ser consideradas expertas en los énfasis temáticos de cada una de las tribus.  

  • Algunas sesiones con un carácter introductorio que resulten inspiradoras y que permitan nivelar la conversación entre todos los participantes, a la vez que abrir la puerta a que sean los mismos participantes quienes propongan nuevos temas e, incluso, que se comprometan a liderar las sesiones en los que estos se desarrollen. 

  • Poner en contexto las conversaciones y, en la medida en que sea posible, empezar a incorporar a la dinámica de la tribu retos o temas que hablen de la casuística de la organización, sus retos e iniciativas asociadas a cada tema, favoreciendo que todos los integrantes se sientas partícipes de la transformación y el fortalecimiento de la organización. 

  • ¡El garantizar que la tribu sea un verdadero espacio de conversación y no sencillamente una serie de cátedras nombrado de otra manera, depende de que todos los asistentes sientan que están en la misma capacidad de opinar y aportar! Esta es sin duda la principal condición para que la dinámica de la tribu exista, pero además es importante propiciar experiencias memorables que conecten a las personas desde la emotividad y no solo desde el intelecto: vivir experiencias juntos, viajar y visitar lugares en los que se evidencien los temas abordados, salir de las oficinas y los espacios de trabajo, ponerles nombre y rostro a los conceptos, acercarse a los territorios, conocer historias de vida de personas que representen referentes locales y asistir juntos a muestras culturales, exposiciones y conferencias que se incorporen dentro de la programación de la tribu. 

En la tribu de la Pesquisa Literaria, por ejemplo, es común que cada vez que programamos visitas a sitios patrimoniales invitemos a los integrantes a asistir con un familiar o amigo, así este no sea de Comfama, esto con el ánimo de extender las conversaciones a los círculos cercanos de los participantes. En la tribu de Culturas Regenerativas, por su parte, en varias ocasiones hemos invitado a algunos proveedores de Comfama a asistir como participantes de sesiones, en las que abordamos temas que pueden favorecer en ellos prácticas más conscientes frente a la prestación de servicios o los procesos de abastecimiento. 

En definitiva, entender las organizaciones desde un enfoque humano es abrir la puerta al reconocimiento de las conexiones y las afinidades que en ellas se tejen más allá de la definición formal de roles y tareas. Este ejercicio es valioso para perfilar con más detalle al talento humano de la organización, para movilizar agendas y para favorecer que diferentes iniciativas surjan de manera orgánica, movidas no solo por los planes de trabajo o los retos de desempeño, sino por la voluntad de contribuir al fortalecimiento de la organización desde los propios deseos y motivaciones.