Ubicación, zonas verdes, acabados, seguridad, rutas de transporte... ¿qué es lo más importante a la hora de pensar en vivienda? Hemos encontrado que las familias antioqueñas no solo buscan una casa o apartamento que se adapte a sus necesidades y presupuesto, sino que, además, les garantice unas condiciones de vida dignas y un lugar de vínculos y actividades vitales, un templo de bienestar, conversaciones, lazos de confianza y propósitos compartidos.
Por ello hemos trabajado para redefinir nuestra estrategia habitacional, con el propósito de promover la consolidación de un hábitat de calidad al que los trabajadores y sus familias tengan no solo acceso, sino también participación, goce y acompañamiento. Pero, ¿por qué hablamos de ‘hábitat de calidad’?
“Porque pensamos que hoy, en el contexto social, ambiental y económico que caracteriza el sector de la vivienda social en Colombia, es necesario pensar diferente y proporcionar a nuestras familias más que un simple techo donde poder vivir”, afirma Francesco Maria Orsini, responsable de Vivienda y hábitat en Comfama.
Desde nuestros proyectos trabajamos para garantizar una ubicación adecuada que facilite el diario vivir de las personas, buscamos diseñar espacios verdes, saludables y seguros para el disfrute de las familias y buscamos propiciar hogares y barrios que reflejen las necesidades de los habitantes, mientras facilitamos y acompañamos a las personas para que incorporen hábitos que las hagan cada vez más responsables y dueñas de sus sueños.
“En Comfama, finalmente tenemos la aspiración de que, incluso más allá de edificios y urbanizaciones bien dotadas, consolidemos día tras día comunidades felices de vivir en un entorno de calidad, que proporcione las condiciones ideales para su crecimiento como individuos y como parte de una sociedad en rápida evolución como es la colombiana”, puntualiza Francesco. La satisfacción y la valorización del patrimonio de las familias depende también de la capacidad de los vecinos de conversar, establecer acuerdos y tomar decisiones conjuntas; cuidar con sensibilidad el paisaje y vivir en conexión con los detalles que rodean la comunidad que hace parte del hábitat. En aquellos procesos también queremos dar luces y acompañar.