Carolina Piedrahita comenzó un curso de emprendimiento gastronómico con ganas de aprender, pero encontró una razón para emprender. Conoce su historia.
Todo comenzó de forma orgánica. Carolina empezó a ver, en sus redes sociales, publicidad con respecto a unas becas de Comfama para estudiar virtual. Estas retumbaron en su cabeza hasta que la curiosidad tomó su lugar y se fue a conocer la oferta. Ya ella tenía estudios en el mundo de la cocina y, desde 2017, un emprendimiento llamado Pimo Talleres, con el cual se dedicaba a preparar deliciosas recetas de panadería y a realizar experiencias que trabajan el ser y las habilidades blandas por medio de la gastronomía. Así que, el curso de Emprendimiento gastronómico llamó su atención porque de $500.000 que valía no tenía que pagar nada, con mayor razón se inscribió.

Nunca había estudiado de forma virtual y se vio gratamente sorprendida con las dinámicas a las que se enfrentó “las clases eran grupales y en vivo. Hubo días en los que me quedaba muy difícil conectarme desde mi hogar, por eso lo hacía desde el carro o el taller. Me gustó demasiado”, dice.
Además, cuenta que en la clase hizo muchos amigos, se conectó con personas que tenían conocimiento en temas gastronómicos y otras que no, pero de todos sacaba ideas que le podían servir en su negocio. Además, se divirtió bastante, recuerda lo mucho que hablaba con una compañera de un emprendimiento que tenía para vender alimentos para mascotas.
Sin embargo, luego de tres meses y terminar el curso consiguió algo más que aprendizajes, buenos momentos y nuevas amistades: una decisión para su vida.
Carolina piensa que estudiar no requiere esfuerzo, sino compromiso. Quiere seguir su camino de aprendizaje con un curso de inglés o de finanzas para emprendedores, porque siente que este último es como la cruz de quienes se arriesgan en ese mundo, porque a veces se trabaja muy duro pero no se valora la labor y el conocimiento propio. Así que, no ve la hora de continuar haciendo cursos virtuales.