En el Claustro Comfama era la clase, su segunda sesión. Mariana llegó a eso de las dos de la tarde y con el acompañamiento del profesor realizó las actividades asignadas: dibujar un rostro basándose en una imagen de su celular, retratar a uno de sus compañeros en tiempo real, entre otros.
Así transcurría su jornada en el Taller de autorretrato de Educación para la vida Comfama.
Estudia Ciencias en la Universidad de Antioquia y su pasión es el arte. Es tatuadora y grafitera y a través de sus obras ve un camino para expresarse y transformar su entorno.
Esa misma semana, a unos pocos metros del aula, específicamente en la Plazuela San Ignacio, participaría en El Concervezatorio, un espacio de ciudad para conversar y debatir sobre temas coyunturales. ¿Los muros de la ciudad tienen dueños? Era el hilo de la conversación guiado por las barras y los grafiteros de la ciudad.
Un aprendizaje para conectarse con sus propósitos

“Quería aprender nuevas técnicas y soltarme más en el dibujo realista”, era su meta al ingresar a este curso y lo logró. Para su oficio aplica las técnicas aprendidas en las sesiones y siempre su intención es hacer que todos sus diseños se vean “más naturales”.
Tiene 18 años y asegura que aún le falta mucho por aprender, pero desde ya cultiva sus hábitos y aprovecha todas las oportunidades para perfeccionar su técnica y convertirse en la artista que sueña.
Desde su cuenta en Instagram _basil.co_ comparte sus diseños y avances en todo su proceso.