Claudio Madaune es activista ambientalista y facilitador de procesos comunitarios. Lo mueven profundamente las causas sociales, las problemáticas ambientales y las formas de vida sostenibles. También es un voluntario empedernido en la mayoría de las actividades que realiza y así, ha facilitado diversos intercambios entre grupos, comunidades e individuos, principalmente con los jóvenes.
Claudio cuenta que su activismo comenzó desde muy pequeño, siendo testigo de realidades de mucha desigualdad, violencia, degradación y destrucción de la naturaleza. Eso siempre lo llevó a hacer algo diferente, no en la postura de la confrontación, sino de entender por qué había tanta gente poco considerada con las situaciones críticas que estaban sucediendo y se dio cuenta que era por desconocimiento, porque a ellos no les había tocado verlo o vivirlo.
Entonces se dio a la tarea de conversarlo, visibilizarlo y actuar en su favor. Así es como se convirtió en dirigente estudiantil y formó equipo con otras personas para tratar de generar otras propuestas diferentes. En el camino fue aprendiendo distintas herramientas, empezando con prepararse académicamente para luego poder compartir esos conocimientos. Claudio sabe que es importante adquirir herramientas constructivas para el trabajo con las comunidades y con la gente en general.

Fue en 1992 que conoció la permacultura en Noruega, en el Polo Norte, y allí tuvo la posibilidad de encontrarse con gente de todo el mundo haciendo las cosas más increíbles por el planeta y la humanidad. Esto lo conmovió y a la vez le hizo pensar en que “cómo es posible que teniendo todas las soluciones frente a las necesidades que vive el mundo, sigamos viviendo así”.
Entonces se formó como instructor de permacultura, el arte de diseñar espacios de vida, territorios funcionales, profesiones y vidas ricas en significado, inspiradas en la naturaleza. Tiene el propósito de cuidar de los seres humanos, de la tierra y de compartir equitativamente los recursos. Desde sus inicios a finales de los años 1970, la permacultura se ha definido como una respuesta positiva a la crisis ambiental y social que estamos viviendo.
La permacultura posee multitud de ramas del conocimiento, entre las que se incluyen el diseño ecológico, la ingeniería ecológica, el diseño ambiental, la construcción y la gestión integrada de los recursos hídricos. Estos son desarrollados por la arquitectura sostenible y los sistemas agrícolas autorregulados, inspirados en los ecosistemas naturales.
Luego, conoció el movimiento de Ecoaldeas, la iniciativa de transición de herramientas, movimientos y conceptos que permite compartir en cualquier territorio, con cualquier persona con cualquier nivel de educación unas herramientas para vivir diferente, sin imponerlas. Claudio hizo parte del grupo que incentivó la primera Ecoaldea en Colombia. Hoy hay más de 40 ecoaldeas, ecobarrios y distintas propuestas alternativas de vivienda en nuestro país, que hacen parte de la Red de Ecoaldeas de Las Américas.

Claudio vivió 10 años en el Chocó, en la selva del Darién, con comunidades afro, campesinas e indígenas. Allí su intención era que la conservación no fuera en contraposición a vivir una vida digna, que las comunidades entendieran que no era verlo desde el aspecto romántico de cuidar el pulmón del mundo o el bosque tropical, sino que, si acaban con él, sus hijos tampoco tenían futuro.
Sin embargo, tuvo que salir del Darién por el conflicto armado, no por verse directamente amenazado, sino porque se dio cuenta que no iba a lograr quedarse quieto ante la problemática y correría peligro en el futuro.
Desde el exterior estuvo impulsando, aprendiendo y apoyando distintos proyectos no solamente en Colombia, sino también en los demás países de América Latina. Y posteriormente en África, en los países del Este y en Europa Central desde la organización que ayudó a crear: Change the world, en Noruega. Esta le permitió hacer un puente entre los continentes, intercambiando realidades complejas.
Claudio ha realizado estudios avanzados de Geografía en Chile y en Francia. Ha estudiado diversos temas como Diseño en Permacultura, Tecnología Apropiada y Construcción Alternativa en el Grupo GAIA en Noruega, además de Resolución de Conflictos y Toma de Decisiones por Consenso en USA y Chile.
También ha participado en diversos talleres, cursos y eventos sobre Cartografía social, SIG, Caracterizaciones ecológicas y Planificación del manejo como herramientas para procesos de conservación y desarrollo sostenible con comunidades locales. Fue seleccionado como becario en el “Gestión y Custodia de la Tierra en Áreas Protegidas” para profesionales latinoamericanos de la conservación, en 1997.
Ha dado charlas, conferencias, talleres y cursos en diversas Universidades, ONGs, Instituciones y organizaciones de base en Holanda, Francia, Italia, Noruega, Suecia, USA, Puerto Rico, México, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Senegal y Colombia, donde recientemente fue un invitado moderador en la charla ‘De economías extractivas a regenerativas para una era de nueva abundancia’ de nuestro festival Actuar por lo vivo 2023.

Claudio habla inglés, francés, español y noruego, además de un poco de italiano. Actualmente está a cargo de algunos de los principales proyectos de Change the World en Oslo. Explica que ha impulsado todas estas iniciativas para que este tipo de propuestas no se quede en una élite que tiene el privilegio de darse el gusto de intentar vivir diferente, sino que los beneficiados principales sean las comunidades.
Hace 9 años volvió a Colombia con tres propuestas de conservación, sustentabilidad y buen vivir:
La conservación de la cuenca del río Arenal, entre San Carlos y San Rafael, acompañando y formando a varias personas que también decidieron salir de la ciudad y tratar de construir esos sueños postergados que muchos han tenido.
Frente a la educación de los niños, con la creación de una educación propia llamada ‘Bosquescuela Caribá’ donde asisten niños y jóvenes de distintas edades que fueron creciendo juntos en propuestas de diálogos con la naturaleza y conocimiento ancestral.
La creación y el establecimiento de un Centro de Inspiración para la Sustentabilidad y la Paz llamado ‘Solunagua’, un centro de vida y aprendizaje no demostrativo para inspirar alternativas de vida.