María Clara Ruiz y su esposo encontraron en Comfama el acompañamiento que necesitaban para potenciar sus cultivos de aguacate.
Después de estar más diez años en el extranjero, María Clara Ruiz y su esposo decidieron volver a Colombia para vivir en el campo y del campo, porque creían en su potencial. En el 2015 adquirieron la finca Los Asientos, en El Peñol, con un pequeño cultivo de aguacate Hass que no estaba en las mejores condiciones ya que los árboles estaban más pequeños de lo que les dijeron y estaban desgastados.
Iniciar fue difícil ya que no tenían conocimiento sobre agricultura, pero se pusieron sus botas y guantes, y empezaron a trabajar, investigar y tocar puertas para sacar su finca adelante. Llegó un momento en que sintieron que las cosas no funcionaban como deberían y decidieron empezar desde cero, incluyendo contratar nuevo personal de apoyo para la finca y crear conexiones de valor para aumentar la calidad y cantidad del aguacate. Gracias a este camino de 5 años enfrentando lluvias, plagas y dificultades, pasaron de producir 8 toneladas anuales en sus inicios a producir 70 toneladas que venden, actualmente, a la comercializadora Cartama.
Siendo proveedores de Cartama asistieron a una charla sobre agricultura de precisión, un programa que consideraron muy valioso, pero costoso para pequeños productores como ellos. Cartama les contó que Comfama subsidiaba este programa para algunas microempresas, de la mano de Avolab y gracias de la Ley de emprendimiento. Entonces decidieron cambiarse de Caja de Compensación para acceder a estos servicios, y así conocieron los beneficios de la Plataforma Agro/Comfama.
“Hay que preguntar, hay que hacer conexiones. Las ayudas y los recursos están siempre ahí, pero uno tiene que salir a buscarlos”, cuenta María Clara. A inicios del 2023 accedieron al programa de agricultura de precisión que incluía vuelos con drones, análisis de aguas y de suelos. Así descubrieron que tenían una producción por hectárea mayor a la media nacional, pues por hectárea son 11 toneladas, y en su finca producen 20. Además, conocieron las características del terreno y por qué se producía más en unas hectáreas que en otras.
María Clara y su esposo están cumpliendo su sueño de vivir en el campo y del campo. Por eso, ahora quieren trabajar en tres objetivos: aumentar su producción, mejorar la calidad y abrirse a nuevos mercados como el Oriente Medio para seguir generando oportunidades para las personas de la región y seguir llevando al mundo un producto cultivado con amor en el campo colombiano.