A Sebastián lo sorprendió el desempleo. Una historia de cómo atreverse a tomar decisiones, aún en medio de la crisis, permite el reencuentro con nuestras pasiones.
Cuando en el 2014 Sebastián Vela se graduó como arquitecto pensó que toda su vida profesional iría encaminada a construir y plasmar las ideas que pasaban por su cabeza. Lo que no se esperaba era que, seis años después de graduarse y luego de una larga experiencia laboral relacionada con su profesión, trabajaría como administrador de uno de los bares más importantes de música techno, otra de sus pasiones, en Medellín.
A inicios de 2020 estaba involucrado en un proyecto de turismo, sin embargo, debido a la emergencia por la COVID-19, quedó sin empleo durante siete meses. Sebastián comenzó una búsqueda laboral y un día navegando en LinkedIn vio una convocatoria de Comfama: Mentoría para el desempleo en Antioquia. Identificó que era una oportunidad para redescubrir sus talentos, se inscribió e inició sesiones con su mentora.
Culminó su proceso, el cual duró cerca de un mes, y en su búsqueda de opciones recibió la llamada de un amigo que le ofreció ser el administrador de un bar. Casi que sin pensarlo aceptó, por fin podría estar inmerso en su otra pasión: la música techno, un amor que se le despertó desde niño, gracias a la influencia de su papá.
El rol de administrador es algo nuevo para él; de hecho, sin saberlo, en el segundo semestre del 2020 hizo un diplomado de Excel y no imaginaba que eso sería tan útil en su nueva experiencia de vida. El miedo podría estar latente por ser un nuevo campo, pero Sebastián asumió el reto convencido de que este rol le ampliaría su proyección personal y profesional.
Hoy, a falta de una, combina dos de sus pasiones para vivir, y pasa sus días inmerso entre planos, diseños, música, consolas de DJ, tablas de Excel y presupuestos. Aprovechar su tiempo mientras no tenía trabajo y tomar la decisión de ingresar a Mentoría para el desempleo, le dejó a Sebastián la enseñanza que siempre se puede estar abierto a nuevas oportunidades y que haber elegido un rumbo en la vida no lo limitaba para tomar otra ruta hacia el mismo destino: hacer eso que lo apasiona.
21.849 personas acompañadas mediante nuestro programa Mentoría para el desempleo.
Servir es darle la oportunidad al otro de construir y reencontrase con sus talentos y pasiones.