Nuestros usuarios tuvieron la posibilidad de estudiar desde casa. Industrias Fantasía le ofreció a Karen la posibilidad de estudiar virtualmente. Ella aprovechó la oportunidad.
Karen Castellano es administradora de un punto de venta de Industrias Fantasía, tiene 34 años y vive en Itagüí, con su esposo y su mascota. Tiene un sueño: crecer como profesional dentro de la compañía. Karen ve en la educación un vehículo para alcanzar sus metas.
Por eso, cuando en la empresa le ofrecieron una oportunidad educativa, junto al portafolio de Comfama, decidió aprovecharla al máximo. Gracias a su disciplina, logró certificarse en tres cursos enfocados en manejo de datos, experiencia de usuario, fidelización de clientes, autogestión e inbound marketing.
Buscó el balance entre el trabajo, el estudio y su vida personal para iniciar su ruta de aprendizaje. Organizó una rutina diaria para darle un espacio adecuado a cada ámbito, dedicando su tiempo libre al estudio y descanso.
Con el objetivo de avanzar ágilmente en los cursos, utilizó además el «tiempo muerto» en la oficina para estudiar, aquel que dedica al telemercadeo y a cuestiones administrativas. Una elección que la obligaba a rendir el doble para no represar el trabajo.
Tirar la toalla en su ruta de aprendizaje nunca fue una opción para ella. Afirma que, además de los conocimientos adquiridos, disfrutó estudiar virtualmente por el dinamismo de las clases, temas alineados a su cargo y flexibilidad horaria.
A Karen, los cursos le dieron las herramientas necesarias para brindarles a los clientes una atención personalizada y completa. La satisfacción de un cliente al comprar un producto es lo que la inspira a hacer bien su trabajo.
Pasamos de 206 matrículas virtuales en 2019, a 53.903 matrículas en 2020 que permitieron que 38.318 estudiantes aprendieran en nuestros programas de educación continua virtual. 577 empresas participaron en cursos digitales.
En medio de las circunstancias actuales, donde el mercado se ve permeado y obligado a transformar su estrategia de ventas, Karen asegura que los cursos le permitieron perfilar mejor a los clientes que realizan compras de forma virtual, y así darles una atención integral en la distancia.
Industrias Fantasía confió en la responsabilidad de sus empleados para aprender mediante la virtualidad. También confió en su caja de compensación, como aliada para formar y llevar nuevas posibilidades a su equipo a través de la educación digital. En esta ecuación de confianza, todos acertaron.