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Alianzas capaces de transformar vidas

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Alianzas capaces de transformar vidas

Salomé Gil, de 12 años, nunca olvidará el día en el que pudo tocar, por internet, para uno de sus grandes referentes: la maestra Laura Payome. Una historia de cómo la música diluye las fronteras.

Cuando escuchó por primera vez un concierto sinfónico, una chispa estalló en el corazón de Salomé Gil. Tenía cinco años y el ensamble de vientos, percusiones y cuerdas que retumbaba ese día en el parque de Entrerríos, en el norte de Antioquia, se transformó en un propósito para ella. «Yo quiero estar ahí algún día», le dijo a su madre.

Así empezó su camino musical y desde entonces las clases en la Escuela de Música del municipio acompañan las tardes de Salomé. «En ellas siento que me libero de todo y que solo existimos mi clarinete y yo. El mundo se convierte en esa conexión, en magia», expresa.

Pero su rutina de ensayos y conciertos tuvo que parar por la pandemia. Se sintió sola al no poder verse con sus profesores y compañeros, quienes, más allá de su pasión compartida, son sus grandes amigos. Vivió momentos de desasosiego por la incertidumbre de no saber cuándo podrían tocar en conjunto y nuevamente sentir la emoción de una orquesta.

Aun así, jamás pensó en abandonar su sueño ni su práctica. Salomé se adaptó a los ensayos vía Zoom e incluso aprovechó sus tiempos libres para profundizar en un nuevo instrumento, el piano. Con el paso de las semanas esa sensación de tristeza desapareció porque descubrió, con asombro, las posibilidades de la virtualidad.

«¡Pude conocer a personas muy talentosas en el mundo de la música sin tener que viajar! Da mucha emoción poder hablar con maestros, ¡maestros, esos que son súper tesos!», dice, mientras recuerda uno de esos instantes privilegiados cuando participó en un taller de la alianza Comfama-Filarmed con la clarinetista Laura Payome.

Para Salomé «fue algo espectacular e inolvidable. La maestra Laura nos dio la oportunidad de mostrarnos y toqué delante de ella. Ella me ayudó a sentirme muy bien compartiendo mi talento». Aquella oportunidad Salomé se la agradece a su profesor Argirio Arias, quien constantemente los invitó, a ella y a sus compañeros, a participar en las actividades.

Servir es contribuir a que la música diluya las fronteras.

Argirio, director de la Escuela de Música de Entrerríos, ha sido testigo del poder transformador del arte en niños y jóvenes. «Cuando toca sus vidas, activa algo especial en ellos, penetra sus fibras, fomenta valores, desarrolla sensibilidad y se convierte en una ventana de proyección desde lo personal y lo artístico». Para él, fue todo un desafío mantener conectados a sus 65 estudiantes durante 2020, pero comprobó que «es posible que la música viaje y traspase fronteras, que no necesita siempre de la presencialidad para poder ser vivida».

Salomé hoy quiere aprender a tocar más instrumentos y mejorar su inglés. Aspira a ser una gestora cultural; sin duda, la música siempre será su compañía. 

Para Filarmed y Comfama la música trasciende fronteras, despierta emociones, enaltece los sentimientos y tiene la virtud de llevarnos a diversos lugares imaginarios. 26.000 personas nos vieron en directo durante las transmisiones en alianza con Filarmed y un total de 446.131 en nuestras plataformas digitales.