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“Si en el fútbol somos capaces de ganar partidos, ¿por qué con la programación no podemos ganar un excelente empleo?”

Marcela, de 33 años, ha estado acostumbrada a migrar para encontrar nuevas oportunidades. Su viaje la llevó ahora a Holberton a estudiar programación. Tener el empleo de sus sueños será posible.

Marcela Banguera_Holberton
“Si en el fútbol somos capaces de ganar partidos, ¿por qué con la programación no podemos ganar un excelente empleo?”

“Cuando estoy ausente y escucho este porro, vienen a mi mente amigos que añoro… que me toquen un porro sabanero, que me toquen un porro es lo que quiero”. El folclor y la melodía de Lucho Bermúdez habitan en el sur de Córdoba; su naturaleza, su clima cálido y su brisa hacen parte de la vida de Marcela, oriunda de Montelíbano, quién migró a realizar sus estudios en Bucaramanga y hoy, junto a su hijo, recuerda el calorcito de su pueblo desde Bello, Antioquia.

De la brisa a las montañas

Su cuerpo, su sangre y su corazón guardan los recuerdos más preciados que tiene de su tierra: “la empresa dónde mi papá trabajaba, hacía paseos para los trabajadores y nos llevaban a toda la familia. No dormíamos por ir al paseo, salíamos a las 5 de la mañana y pasábamos derecho, preferíamos dormir en el viaje. Son recuerdos muy lindos para mí”, sonríe.

Desde el 2008, Marcela dejó su pueblo para irse a estudiar Ingeniería de Sistemas en Bucaramanga; adaptarse a un nuevo lugar y a nuevas personas que venían desde la ciudad fue todo un reto que asumió con carisma: “a las 2 de la tarde era con una chaqueta, mi cuerpo no se acostumbraba; pero pasó el tiempo, hice amigos en la universidad y la pasé súper bien. Estuve metida en todo, danza, canto, voleibol y fútbol”. La distancia de sus seres queridos, sin duda alguna, fue una prueba que debería afrontar para alcanzar este propósito. Con una familia de 5 hermanos y su padre, enfrentarían un difícil momento, su madre falleció hace 8 años: “lo que sí me dolió fue cuando mi mamá enfermó porque estaba lejos, porque uno trabajando a veces es muy complicado tener permisos de salud. Fue muy duro acoplarme a eso, desde Montelíbano a Bucaramanga son 18 horas de viaje, es muy largo el trayecto”.

“Soy madre soltera, mi hijo tiene 5 años, está en preescolar y por él es que estoy aquí. Anhelo darle un mejor futuro y una mejor calidad de vida”

Un sueño formativo

Marcela llegó a Medellín con su hijo cuando tenía un año. Empezó a trabajar yconoció una posibilidad para continuar formándose y trabajar por ese bienestar que tanto anhelaba para su hijo, Félix David. Holberton Schools llegó a Marcela como una oportunidad para aprender sobre el mundo de la programación.

¿Fue fácil?, ¿cómo asumir el reto? Para ella, su sueño era mayor que cada barrera que estaba por enfrentar: “los primeros dos meses de Holberton me acostaba a las 2 de la mañana, para acostarme otra vez a las 4:30, porque el trabajo, las cosas de la casa, el niño, mi pareja, todo se juntaba y ya no tenía espacio para estudiar”, afirma.

Ser madre, una mujer de hogar y trabajar convertía más agotante el hecho de estudiar; sin embargo, para Marcela nunca ha sido una barrera, sino un sacrificio por su sueño, ese sueño familiar.

Marcela Banguera_Holberton Schools

“Me sentía agotada. Una cosa era estudiar y trabajar al mismo tiempo, en el mismo horario. No me daba. Al mes y medio no me sentía capaz, me quedaba dormida encima del computador, tenía dolores de cabeza. Entonces, siempre fue un reto esos primeros meses. Afortunadamente, tomé la decisión de renunciar al trabajo y seguir por este sueño”, dice confiada.

La programación llegó a su vida como una nueva oportunidad para acceder a mejores empleos. Decidió priorizar su estudio cuando duró 30 días en cama al contagiarse del COVID-19. La vida la guía por ese camino, pues con empeño y dedicación, logró alcanzar una beca para cubrir sus estudios y necesidades. “Es una beca con la fundación Andi, la beca da un sostenimiento para mujeres que estudien en Holberton. Debes ganártela, pasar el primer mes de prueba, que el promedio no sea menor a 80”.

Oportunidades para la mujer

“Me encanta estudiar en Holberton, es diferente el método de aprendizaje, aprendes junto con tus compañeros. No es que un profesor te va a dictar clases en una universidad, es una comunidad donde, entre todos, nos ayudamos”, afirma emocionada. Marcela se interesa por la lectura, pero a su vez, por las nuevas tecnologías. Para ella el aprendizaje constante le permite fortalecer sus conocimientos y destrezas: “las tecnologías cambian constantemente, eso va en evolución. Entonces, hay que estar aprendiendo. Porque tú hoy puedes aprender una cosa, mañana aparece otra; si no sabes te vas a quedar atrás, las empresas van a buscar eso, te vas a quedar ahí y no vas a conseguir un mejor empleo”. Aprender a programar es una oportunidad de puertas abiertas para los sueños de Marcela y su hijo, incluso lo ve como la posibilidad para que mujeres como ellas tomen la decisión de mejorar su calidad de estudio.

“Se piensa que la programación solamente es para hombres, igual que el fútbol, pero no, es para todo el mundo. Es una buena oportunidad para las mujeres, es un campo laboral muy bueno, hay muchas cosas en la que te puedes desempeñar como programadora”. Con su experiencia, induce a su hijo para que inicie a comprender sobre estos temas digitales e, incluso, los métodos de estudio. Para Marcela, Félix David está presente en todo lo que hace. “A veces cuando estamos en los conversatorios en inglés él aparece en la cámara y los saluda a todos con: ¡Hello!, porque es en inglés – especifica con risas- De hecho, ellos dicen que él es el hijo de la cohorte 17”, acentúa sobando el cabello de Félix en sus piernas. Marcela piensa en las madres que, como ella, salen adelante por sí mismas y desde su experiencia quiere extenderles un mensaje: “que se aventuren a tener un mejor futuro para ellas y para sus hijos, que les enseñen que hay mejores oportunidades que un trabajo de ama de casa o aseo, que no desmerita porque es un trabajo honrado. Pero sí te pones a estudiar y aprendes puedes sacar algo para darle una mejor calidad de vida a la familia”. Félix, como su madre, anhela cumplir sus sueños. Quiere ser inventor, porque siempre crea cosas e inventa nuevos juguetes."Me gusta que mi mamá estudie para comprarme las cositas que necesito".

Holberton_Marcela Banguera

Pero, ¿qué más sueña Marcela? “Quiero trabajar en una empresa quizá no colombiana o quizá sí donde me ofrezcan un buen ambiente laboral, buenas oportunidades no solo para mí, sino para mi familia y llevar a este chiquito a pasear”, dice. “Yo he ido a playa con mi tía abuela. Pero me gustaría ir al océano, por supuesto, con mi mamá”, comenta Félix sonrojado. Así es, Marcela quiere llevar a su hijo a la playa, viajar juntos, en compañía de su pareja y su hija.

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